“Nos sentimos bendecidos por tener a nuestro abuelito como pilar principal de la unión y amor familiar. Ha sido y será ejemplo para cada uno de nosotros, porque ha mostrado fortaleza, humildad y se ha esforzado para sacar adelante a la familia”, manifestó su nieta María Isabel González Ramírez.
La clave para alcanzar la longevidad, según los hijos de Silvestre, fue que su padre se alimentó con verduras y hortalizas que él cultivaba.
Buena alimentación
“Desde niño tiene una buena alimentación basada en vegetales, frutas y hortalizas; además, de maíz que producía en el campo y el trabajo comenzaba desde la madrugada”, explicó Estela Ramírez, hija del abuelo.
Toda la familia le llama cariñosamente papi Silvestre, quien por más de 50 años prestó servicio en la Iglesia Católica como integrante de la tercera orden franciscana en la parroquia de San Pedro Apóstol. También dedicó gran parte de su vida a la agricultura y abastecedor de ganado.
Sus hijos siempre están atentos de lo que su padre necesita y expresaron su alegría porque goza de buena salud, por lo que esperan tenga más años de vida.
“Yo vivo con mi papá, pero todos mis hermanos y el resto de la familia que por motivos de superación tuvieron que separarse de él, siempre están atentos y viajan constantemente para compartir con papi Silvestre”, agregó Ramírez.
Cuando el reloj marcaba el primer minuto del nuevo año, toda la familia agradeció a Dios y le cantó las mañanitas para celebrar los cien años de Silvestre.
“Ámense, permanezcan unidos, no peleen y respétense. Vayan a misa y amen a Dios”, fue el mensaje que expresó Silvestre Domingo.