“Luego de que me separé de mi esposa sentí que el mundo se me había derrumbado, pero poco a poco supere la depresión hasta entender que la vida seguiría conmigo o sin mí y que lo mejor era seguir adelante con mis hijos”, expresó.
Monterroso, originario de Quetzaltenango, cuenta que decidió formar un equipo con sus hijos, quienes desde las 5 horas lo apoyan con las tareas de la casa y preparar las comidas.
“Tuve que aprender a lavar, planchar, cocinar y cambiar pañales de mi pequeño hijo, pues aún no sabía ir al baño. A las 7 horas paso dejando a mis hijos al colegio, luego me dirijo a mi trabajo. A las 12:35 horas, en mi hora de almuerzo, voy por mis hijos y los llevó a la casa, almorzamos y revisamos tareas. Luego regreso a trabajar a una imprenta”, asegura.
Monterroso manifestó que su jornada laboral concluye a las 18 horas, al llegar a casa busca la manera de compartir y jugar con sus hijos, quienes aseguran sentirse muy orgullosos de él.
“Con el objetivo de mantener una relación sólida con mis retoños, cada mes promuevo una cena solo con la nena y luego solo con el nene, lo que me ha llevado a descubrir los sentimientos de cada uno”, expresó el ejemplar padre, quien resaltó que con la ayuda de Dios, familiares y sus amigos ha logrado salir adelante en su rol como padre soltero.
“Mi papá es el mejor del mundo, cuida de nosotros, trabaja y nos da mucho amor, pues mi mamá se fue a los Estados Unidos”, dijo Alexandra, quien estudia cuarto primaria, le gusta el canto y la actuación.
Samuel, manifestó: “Me gusta jugar e inventar juegos con mi papá y mi hermana. Mi papi es todo para nosotros. Siempre nos apoya, nos lleva a jugar futbol al campo”, exclamó.
“Los sacrificios y retos que cada día tengo que enfrentar se compensan con ver a mis hijos crecer felices y con salud”, añadió.
Ejemplo
Desde que su esposa Sonia Carolina Duarte de Ávila falleció hace cinco años, víctima de Cáncer, el maestro Mario Ovidio Ávila Portillo, 43, se ha esforzado por brindarles lo mejor a sus hijos Emilio André, 10 y Mario Norberto Ávila Duarte, 20.
Asegura que aunque no ha sido una tarea fácil en su corazón no existe más que amor para su familia, la cual afirma se ha vuelto más unida y fuerte.
“La pérdida de mi esposa ha sido uno de los golpes más duros que he experimentado. Sentí que mi vida también había terminado; sin embargo, gracias a Dios y a mis hijos encontré la fuerza e inspiración para ser padre y madre para ellos. Los amo”, expresó Ávila Portillo.
El ejemplar padre cuenta que desde hace varios años trabaja en la Escuela para Varones de Zacapa, trabajo con el cual ha logrado sacar adelante a sus dos hijos.
“Estoy orgulloso de mi padre porque ha sido un ejemplo de amor, valor y fortaleza. Es un gran hombre del cual he aprendido mucho, le pido a Dios le conceda muchos años más a nuestro lado”, indicó Mario Norberto.
Ávila Portillo reconoce que el afecto brindado de un padre no reemplaza al de una madre; sin embargo, cuando hay voluntad se puede lograr lo impensable.
“Gracias a Dios tengo unos hijos respetuosos y mi esposa que en paz descanse me enseñó lo importante que es tener amor en el corazón. Hoy puedo decir que la extraño pero que le agradezco cada momento a mi lado”, expresó.
Dulce tarea
Héctor Armando Reyes Hernández, 32, cumple la labor de padre y madre y además encuentra el tiempo para educar y brindarle amor a su hija, gracias a su profesión de repostero.
“Algunas personas se impresionan cuando me ven solo con ella, pues es poco común, pero cuando me preguntan si es mi hija, hasta me felicitan”.
“Ser papá soltero y repostero es una “dulce actividad”, pues disfruto mi profesión, la cual me permite atender a mi linda hija, con quien he pasado alegrías y tristezas desde que nos abandonó su madre”, indicó.
Reyes cuenta que desde que tenía 6 años, la curiosidad lo llevó a conocer la Pastelería doña Estercita, donde años más tarde obtuvo su primer empleo de limpieza, luego, la necesidad lo obligó a aprender el arte de la decoración de pasteles, oficio con el que actualmente gana el sustento diario de su hija Camila, 8.
Su jornada inicia a las 5:30 horas, se levanta a preparar la refacción y desayuno de su pequeña, a quien lleva al colegio y luego se integra a su jornada laboral.
Por las tardes aprovecha para apoyar a su pequeña en sus tareas, aunque es complicado sostiene que es una aventura cumplir con sus responsabilidades.
Explica que su vida a lado de su niña, es curiosa e inigualable, pues debe llevarla con él a todos lados.
“Algunas personas se impresionan cuando me ven solo con ella, pues es poco común, pero cuando me preguntan si es mi hija, hasta me felicitan”, expresó Reyes, quien asegura que su anhelo es que su princesa, como le llama cariñosamente, cumpla su sueño de ser veterinaria, maestra o pastelera.
Responsabilidad
Para la psicóloga Beatriz Castillo, educar a los hijos es una experiencia difícil en cualquier situación. Los padres solteros, mujeres u hombres, enfrentan una doble responsabilidad, al ser el único sostén de su hogar en todos los aspectos.
Como cualquier padre, los papás solteros deben equilibrar su rutina entre el trabajo, sus hijos y ellos mismos. No es fácil, pero lo pueden lograr.
“Históricamente la mujer ha asumido el rol de cuidar a los hijos, pero ahora está cambiando y ahora algunos padres deben salir a trabajar para proveer el sustento de la familia, y al llegar a la casa hacer las labores domésticas y no ser permisivos solo por sentirse culpables de no estar presentes todo el tiempo”, enfatizó la psicóloga.
Castillo agregó que la viudez o abandono de la pareja son las principales razones por las que una madre o padre tiene el reto de cuidar a sus hijos solos.
*Con información de María Longo, Mike Castillo y Mario Morales