Con piochas, machetes y pintura, unos vecinos limpiaban las tumbas donde se encuentran los restos de familiares para revivir con nostalgia los más hermosos recuerdos mientras colocaban flores, y otros llevaron mariachis.
Mientras, varias personas aprovechaban la ocasión para ganar dinero en esta tradición que se da todos los años a nivel nacional, y ofrecían los servicios para limpiar y pintar los panteones por Q40 o Q50.
Aparte, niños aprovechaban el viento en los cementerios para elevar sus barriletes con distintos diseños en áreas específicas.
Candy García, vecina, mencionó que madrugó con su familia para ir a limpiar y pintar las tumbas de sus seres queridos en la cabecera, y, a la vez, aprovechar el descanso para una reunión con su esposo e hijos.