Agregó que su madre tuvo siete hijos, quienes al crecer se fueron de la casa y se quedaron solas, por lo que ambas se cuidan entre sí, en busca de llevar una vida digna, por lo que invierten lo poco que ganan en vestuario, alimentación y la crianza de algunas aves de corral.
“No tengo problemas con mi estatura. Cuando la gente me ve en la calle me dicen que soy la más pequeña de Retalhuleu. Eso no me enoja, sino que me da risa. Me molestaba cuando cursaba sexto primaria, pero luego me acostumbré”, cuenta López.
“Lo que yo quiero es ayudar a mi mamá porque está enferma de la vista y según los médicos tiene carnosidad, por lo que ahorramos para pagar la operación, pero nos faltan Q2 mil. Ella ya luchó por mí, ahora yo tengo que velar por ella, ya que mis hermanos se fueron de la casa y nos dejaron solas y abandonadas, pero eso no ha sido impedimento para que luchemos juntas”, agrega.
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La madre de Silvia manifiesta que le teme a la muerte, pues su hija se quedaría sola. Agrega que su vida ha sido una bendición, ya que cuando Silvia nació padeció muchas enfermedades y estuvo a punto de morir, pues no contaba con los recursos económicos necesarios para darle el tratamiento médico adecuado.
“Dios me la dio para que nos cuidáramos una a la otra, es una bendición y por eso siempre le digo que tiene buena suerte. Todos los días me ayuda con las tareas del hogar y lavamos ropa de los vecinos; además, ella alimenta a nuestros pollos y hace mandados. Cuando va a la cabecera de Retalhuleu o al centro de Champerico los ayudantes de las camionetas ya no le cobran el pasaje porque se hizo amiga de todos ellos”, refiere Calito.
Admiración
Carmen Morales, vecina, indicó que a pesar de su baja estatura, Silvia es una persona muy trabajadora que se esfuerza por conseguir el dinero para la operación de su madre, por lo que, junto a otros vecinos, la apoyan.
“Tiene la estatura de una niña de 4 años y sufre muchas carencias porque la madre ya no ve, y subsisten gracias al apoyo de los vecinos, pues se les dificulta lavar ropa —su principal forma de obtener recursos—”, indica Morales.
“Ojalá haya personas de buen corazón que puedan ayudarlas”, expresa Carlos Pérez, otro vecino.
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