Mario García, supervisor educativo, indicó que cuando algunos maestros se enteraron de las necesidades que tienen los ancianos del asilo plantearon la idea de llevarles ayuda, la cual pudo realizarse gracias a la voluntad de ayudar de los docentes.
“Estamos convencidos de que todos podemos ayudar al prójimo. Ahora se quiere multiplicar la idea a otras escuelas y apoyar a los ancianos que tanto les hace falta”, dijo García.
Agregó que entregaron aceite, frijol, maíz, arroz, pastas, harinas para atoles y otros alimentos que no necesitan refrigeración.
Cecilia Ordóñez, trabajadora social del hogar Dulce Refugio, expuso que el donativo será de mucho beneficio para los ancianos, ya que los recursos que tienen en el lugar no son suficientes.
“Gracias a Dios hay vecinos que nos ayudan, porque el Gobierno nos tiene abandonados. De no ser por estas buenas personas este asilo ya hubiera desaparecido”, aseguró Ordóñez.