Solís se encuentra en la frontera de Tijuana, México, y el objetivo de padre e hijo es continuar los tres juntos el viaje hacia Estados Unidos
José y su hijo permanecen junto a otros 23 migrantes hondureños en un albergue de la Coordinadora Municipal Para la Reducción de Desastres (Comred) en la cabecera de Retalhuleu, pues buscan alimentos, ropa y zapatos para continuar con el recorrido.
Mientras se acomoda en una silla, José recuerda que su esposa viajó con una hermana y un menor 6 meses en la segunda caravana de migrantes hace unos tres meses.
Añadió que ella los espera para juntos atravesar la frontera entre México y Estados Unidos.
“Somos una familia pobre y mi esposa se desesperó porque no teníamos dinero para comer y decidió probar primero para ver si llegaba. Yo me quedé trabajando en mecánica para juntar algo de dinero y viajar con mi hijo en busca del sueño americano”, expresó Medina.
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El migrante afirmó que no sabe leer y que empíricamente aprendió el trabajo de mecánica automotriz, pero en Honduras no encuentra trabajo, por lo que vendió algunas de sus pertenencias y lo reunido lo junto con un ahorro para viajar.
En tanto, el hijo de José le pide a su mamá que los espere. “Yo quiero abrazar a mi mamá, y decirle que la amo”, externó el menor.
Buscan ayuda
Autoridades informaron que es el primer grupo de 25 personas, entre mujeres y niños que han solicitado albergue para descansar algunas horas y después seguir con la travesía hacia Tecún Umán, San Marcos, para esperar al resto de la caravana que partió de Honduras.
Algunos migrantes argumentaron que cruzaron la frontera entre Honduras y Guatemala y han viajado en camiones y picops para no tener problemas con las autoridades, ya que en la zona fronteriza hay retenes.
Walter Morán, delegado de la Comred, informó que a los migrantes se les ha apoyado con un espacio para dormir, ropa y alimentación.
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Añadió que el número de hondureños será mayor con el pasar de las horas, por lo que solicitó a la población si los puede ayudar con alimentos.
“Nosotros tenemos capacidad de albergar a 25 migrantes durante 24 horas, y la prioridad son mujeres y niños, ya que se han detectado deshidratados y otros con algunos problemas de salud”, resaltó Morán.
Huyen de su país
Desde el pasado lunes, cuando llegaron los primeros migrantes hondureños a la frontera de Agua Caliente, más de 700 hondureños han ingresado a suelo guatemalteco, algunos incluso ya han llegado a la capital, mientras otros esperan hacerlo este miércoles. Los hondureños huyen de la pobreza y violencia que azota a su país.
A lo largo de la ruta desde aquel punto fronterizo hacia la ciudad de Chiquimula se observa a cientos de migrantes, muchos de ellos que viajan con niños. “¡Fuera JO! ¡Fuera JO!”, gritan, en referencia al presidente hondureño Juan Orlando Hernández, a quien la mayoría culpa de la situación económica precaria y la inseguridad que, afirma, atraviesa Honduras.
A diferencia de las primeras caravanas del año pasado no hay muchos guatemaltecos en la carretera para ofrecerles ayuda. De hecho, los conductores de vehículos no quieren transportarlos.
Con información de Esaú Colomo