“Él era maestro de primaria. Hace tres años solicitó una plaza en el Ministerio de Educación, pero no se la dieron; trabajaba en una finca de hule y había ingresado al Ejército”, contó Odilia Castro, esposa de Ortiz Ordóñez, quien falleció en el Centro Médico Militar, en la capital.
Ortiz deja en la orfandad a una niña de 2 años y uno de 4, y su esposa tiene cuatro meses de embarazo.
“Cada semana llegaba a la casa a descansar y me ayudaba a rajar leña. No bebía licor ni fumaba. Era una persona muy querida en la comunidad”, relató Castro, con tristeza, e indicó que luego del hecho han recibido amenazas.
Homenaje
Ayer, en la Fuerza Aérea Guatemalteca, el Ejército rindió honras fúnebres al militar, y se ofició una misa de cuerpo presente.
Después, el féretro fue trasladado a Retalhuleu, y hoy será inhumado en Huehuetenango, de donde era originario Ortiz Ordóñez.
Tarde trágica
El 16 de noviembre por la tarde, Luis Ortiz había salido de la base aérea del sur y se dirigía a su hogar. Pasó por el parque central, donde un grupo de mototaxistas manifestaba por la ola de delincuencia. El militar grabó con su celular la protesta y fue confundido por los pilotos, que lo vapulearon y quemaron.