Ciudades

Arqueólogos descubren el ombligo o centro de Tak'alik Ab'aj

Un hallazgo asombroso fue presentado este martes por arqueólogos del parque Tak'alij Ab'aj, El Asintal, Retalhuleu, en el cual han trabajado por al menos dos años. Se trata del Ombligo o Mux (en mam) ysegún sus descubridores, es el centro de la referida ciudad, donde interactuaron las civilizaciones Olmeca y Maya.

Arqueólogos descubren platos ceremoniales que tienen relación con el ombligo de Tak'alik Ab'aj, los cuales están alineados. (Foto Prensa Libre: Rolando Miranda)

Arqueólogos descubren platos ceremoniales que tienen relación con el ombligo de Tak'alik Ab'aj, los cuales están alineados. (Foto Prensa Libre: Rolando Miranda)

Los arqueólogos indicaron que el descubrimiento lo hicieron en la plaza Tanmi T’nam, donde verificaban si el trazo original basado en la orientación astronómica primigenia y el concepto del cosmograma de los cuatro puntos cardinales y punto central se encontraba en el lugar, pero localizaron el lugar precioso que registra una intensa secuencia de rituales que parten de ese punto sagrado.

En el 2016, los arqueólogos decidieron excavar en el centro de la plaza de la Terraza 3, en búsqueda de este punto central, el axis mundi del cosmograma plasmado en el trazo del Grupo Central. Esa terraza había sido bautizada como Tanmi T’nam, en mam, que significa Corazón del pueblo, por el alcalde de El Asintal, de esa etnia, Gregorio López, en ocasión de su visita al sitio.


Este año se encontró lo que se habían buscado, con una precisión sobrecogedora: la representación del centro del mundo de Tak’alik, el “mux”, punto de partida y de conexión ancestral.

En ese punto sagrado fijado por los antiguos arquitectos dio lugar, a través del tiempo, a una sucesión de diferentes actividades rituales, cada una separada a la vez por un nivel de cubrimiento, a partir de la construcción de una cuenca perfectamente circular cortada en el suelo de tres metros de diámetro y 90 cm de profundidad.

Esa cuenca fue revestida con piedra de canto rodado y algunos fragmentos de piedras de moler de borde levantado-cerrado característico del Preclásico Medio, hasta una altura de dos terceras partes de la cuenca (60 cm).

Según los expertos, en el centro de la cuenca, una gran roca sin labrar, con la porción noreste cortada de manera vertical fue colocada cuidadosamente sobre piedras cuñas. Sobre ésta roca fue puesta otra más pequeña, para enfatizar de esa manera el centro de esta, como un ombligo o mux. Esta era la primigenia función que tuviera la cuenca, como punto central del cosmograma, concepto y punto de partida que rigió el trazo de la plaza y edificaciones en el grupo central de Tak’alik Ab'aj.
 
En el siguiente momento de uso fue en rituales, rellenada la porción sur y oeste de la cuenca hasta la altura del revestimiento con más piedras de canto rodado y tres fragmentos de las mismas piedras de moler que las utilizadas en del revestimiento, y el mismo suelo que se había removido para hacer la cuenca.

La porción noreste fue rellenada nada más con el referido suelo extraído en dos etapas, con un episodio que dejó restos de carbón entre la primera y la segunda.

Luego una capa de suelo cubrió a manera de sello la cuenca con el marcador de la gran roca central, que llegó hasta la altura donde empezó el corte original en el suelo natural para la creación de la cuenca.

Los arqueólogos señalan que como tercer evento dentro de la historia ritual fue colocado dentro de una delgada capa de suelo que cubrió toda el área un vaso cilíndrico con engobe negro y acanaladuras verticales anchas, en una ubicación precisa que recuerda perfectamente la orilla oeste de la cuenca empedrada y particularmente el eje este-oeste.

El vaso negro subraya la cordialidad oeste al simplemente marcarla por su posición exacta y el color negro ancestralmente atribuido a esta. Este vaso de 20 cm de alto y 12 cm de diámetro, que a su vez fue cubierto por otras capas de suelo que sellaron toda el área, es de la vajilla Rocris de pasta roja con inclusiones de cristales de arena de la tradición cerámica local de Ocosito, propia de Tak’alik Ab’aj y tiene al parecer un homólogo en el tipo Café Negro Acanalado, de pasta roja del sitio.

El cuarto evento, fue cuando se tomó la decisión de regresar a la orilla este de la cuenca empedrada, cortando todos los niveles de suelos que habían sido colocados, hasta llegar al suelo natural y para colocar dentro de este dos alineamientos paralelos de cuatro platos de cerámica cada una, señalando la orientación cardinal este.

Añaden que esos platos pertenecen a la vajilla Ropom, de pasta roja, con inclusiones de pómez molido de la tradición cerámica local Ocosito. Las dos líneas paralelas ligeramente convergentes de oeste a este, formadas por los platos, distan unos 40 cm entre sí en el extremo oeste, reduciendo de 6 cm a 34 cm en el extremo este y en el centro de este espacio enmarcado por los platos, se encuentra sobre una piedra de canto rodado perfectamente circular restos de material negro polvoroso quemado.

Los ocho platos contienen pequeñas piedrecitas de canto rodado, siete con el número sagrado impar 9 y el cuatro platos de la fila norte el número sagrado par 10, sumando un total de 73 piedras.

En la alineación de platos paralela sur, el primero, segundo y el último o cuarto plato ostentan, además, una navaja prismática ceremonial con marcas de leve uso de la fuente del altiplano central El Chayal. Las tres navajas tienen un largo importante de 22-24 cm (con el extremo distal faltante) y pueden haber sido manufacturados de un mismo núcleo.

Al observar este conjunto de platos con más detenimiento se vuelve evidente que los platos que se encuentran en ambos extremos de las dos filas son los más grandes, con diámetros de 30 cm a 35 cm, formando las esquinas y los dos platos pequeños entre éstos, miden de 26cn a 29 cm.

Los platos grandes, más el punto central sugerido por un canto rodado perfecto de 37 cm de diámetro seleccionado específicamente para este propósito, sobre el cual fue colocada una capa de 2 cm de grosor de material vegetal carbonizado sagrado, traído especialmente de otro lugar donde fue quemado, por lo que no presenta marcas de quemadura.

Este arreglo configura nuevamente un cosmograma, y la posición de este punto central aparentemente recuerda y se transforma en guía del eje este-oeste representado más abajo. Esta asombrosa repetición y redundancia en códigos simbólicos y significados encontrado en múltiples detalles en los vestigios arqueológicos de Tak’alik Ab’aj, como en el presente caso, es parte de la idiosincrasia de las culturas mesoamericanas.

Culturas

La arqueóloga Christa Schieber refirió que el Ombligo en el centro de la plaza es probablemente uno de los ejemplos más sencillos, y bellos a la vez, que ilustran de manera elocuente la magnificencia de la capacidad de las culturas mesoamericanas de sintetizar los conceptos esenciales de su filosofía integrada hasta al más pequeño detalle en todos los aspectos de la vida (espiritual y práctica), intelectual, artística, religiosa, política y económica, en el templo y en el campo de cultivo.

Como resumen en el cosmograma, un diseño abstracto transformado en símbolo repleto de significado es repetido y practicado en todas partes con sus variaciones creativas locales, que es natural, le imprime un sello local a un concepto universal. El concepto abstracto del centro del mundo es transportado al centro de la plaza, donde adquiere vida.

“Estamos contentos porque se ha descubierto el origen de la ciudad de Tak'alij Ab'aj y es un adelanto para la historia de las civilizaciones que se asentaron en este lugar y cada detalle que ellos hicieron fue planeado para que nosotros un día lo encontráramos”, dijo Schieber.

El arqueólogo Miguel Orrego indicó que este descubrimiento es importante para la humanidad, porque hay un punto de partida que conecta a toda la ciudad en los cuatro puntos cardinales y falta mucho por descubrir, pero ahora ya tienen un punto exacto de donde partir.
 
“Quiero agradecer a la familia Ralda porque ha donado terreno para que esto fuera posible, porque ellos les han dado a los guatemaltecos un lugar especial en donde se rencuentra la historia con edificios y piezas arqueológicas con un valor histórico”, expresó Orrego.

El Ministro de Cultura y Deporte, José Luis Chea, quien estuvo presente durante la exposición, enfatizó que el Ombligo tiene relación importante con la cosmovisión olmeca y maya, por la ubicación de alineamientos y ha sido un descubrimiento fundamental para conocer el origen de esa ciudad antigua, que fue la más importante de la región.

“En Tak'alik Ab,aj hay una riqueza arqueológica y por eso estamos gestionando para que el próximo año se aprueben los Q10 millones para que se siga construyendo el museo Caracol del Tiempo, para resguardar piezas arqueológicas con valor histórico”, expresó Chea.

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