Juan José Cava, devoto, expresó que reside en la capital, pero que cada año retorna a su natal Chajul para participar en la romería y otras actividades.
“Es una tradición que me heredó mi bisabuelo, y que viene desde muchas generaciones. Ahora yo la cultivo y la transmito a mis hijos. Es una fecha sagrada en la que aprovechamos para agradecer al Señor de Chajul por las bendiciones que nos da”, dijo Cava.
“Ahora venimos a venerar al Nazareno de Chajul con mis hijos y nietos, porque la fe continúa intacta“, expresó Matilde Mérida, una devota que viajó desde Chiantla, Huehuetenango, y recuerda que desde niña hacía la peregrinación con sus padres.