El Ministerio de Educación podría invertir Q108 millones, en el 2018, para 200 mil estudiantes de primaria en Quiché.
González comentó que la Ley de Alimentación Escolar obliga a que el 50 por ciento de los productos de la refacción escolar sean adquiridos de productores locales.
Añadió que se pretende que los menús sean nutritivos. Puso como ejemplo una refacción experimentada en San Marcos, con quesadilla de hierbas con queso, acompañada de atol de camote. Ese menú tendría un costo de Q1.44, un costo bajo en una refacción nutritiva, en comparación con la compra de jugo con elementos sintéticos y una galleta que podrían llegar a costar Q5 en un comercio.
Habrá capacitación
González informó que el proyecto contempla que la refacción sea preparada por madres de familia, quienes serán capacitadas en cocina básica y alimentación escolar por el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad. Además, los productos se le comprarían a productores locales y se implementarían huertos escolares para aprovechar esos recursos y enseñarles a los niños a producirlos.
Hémber Herrera, director departamental de Educación, manifestó que este año recibieron Q82 millones para refacción escolar y ejecutaron el 97 por ciento de esos recursos.
Señaló que en el nuevo proyecto de refacción escolar ve tres aspectos beneficiosos, el incremento de los recursos, el proceso de convenio es más ágil porque se hará directamente con los padres de familia, sin intervención de las municipalidades, y el aprovechamiento de los recursos locales para preparar la refacción.
María Morales, madre de familia de Chichicastenango, comentó que ellos ya preparan la refacción escolar de los niños, pero con este nuevo programa se recargaría más el trabajo, pero reconoció que los estudiantes tendrían una mejor alimentación y se evitarían negocios bajo la mesa con comerciantes que elevaban los precios de los productos en una refacción sin nutrición.
Posibles menús
En Quiché se implementarían alimentos propios de las regiones, como los boxboles —hechos con masa de maíz y pepita de ayote, envueltos en hojas de güisquil— en Nebaj, pepián —carne de pollo con arroz— en Joyabaj y kak ’ik —carne de pavo o chompipe con arroz, recado y tamalitos de maíz— en Santa Cruz del Quiché.
Todos los menús deberán ser evaluados y aprobados por los padres de familia y maestros de cada región.
Otros elementos del plan son la coordinación interinstitucional, la participación social, educación alimentaria y nutricional, infraestructura básica de cocina, bodegas y la compra local.