“La imagen representa la cultura de nuestro pueblo, y aunque sea copia, moveremos cielo y tierra para encontrarla”, indicó Tecún, quien dirige la búsqueda de la imagen en Chichicastenango.
El líder recordó con nostalgia que hace 10 años desconocidos se robaban la imagen de la Ascensión del Señor de la cofradía de Santo Tomás Apóstol, el incrédulo discípulo de Jesús. “En ese entonces nos dirigimos a las autoridades estatales, pero a la fecha no ha aparecido, el robo de hoy (ayer, miércoles) nos trajo esos recuerdos y no nos quedaremos de brazos cruzados mientras la delincuencia busca acabar con nuestras tradiciones”, manifestó.
La noticia del robo de la imagen se regó por la ciudad, por lo que los cofrades, los mayordomos de la cofradía de Santo Tomás y los vecinos salieron a las calles para encontrarla.
Para muchos es una simple copia de la imagen robada hace años, pero un vecino, con mucho esfuerzo, encargó la réplica y es la que para ellos ahora representa a Santo Tomás Apostol. “Si permitimos que nuevamente se la roben corremos el riesgo de que los ladrones tomen confianza y se lleven las otras imágenes que están en las diferentes cofradías de Chichicastenango”, dijo Tecún.
La imagen de la Ascensión del Señor es llevada continuamente a las 89 comunidades de Chichicastenango, se le conoce como Santo Tomás Chiquito y en las comunidades es reconocido y respetado.
En el municipio esta cofradía es de gran relevancia para la población. Casi todos los negocios, asociaciones y organizaciones llevan Santo Tomás en su nombre. Los vecinos consideran que esta cofradía tiene “poder económico, político y religioso”, pues para pertenecer a ella hay que “tener dinero”, comentan pobladores.
Para recibir a la imagen de Santo Tomás en los hogares el hombre de la familia debe pasar por varios cargos en la cofradía (mayordomo -custodia, promueve y viste la imagen- y cofrade -dirigente espiritual de la organización- ) y después de varios años de participación podrá solicitar, en un largo proceso, que visite su vivienda.
El robo
Un hombre armado amenazó a Tomás Morales, mayordomo de la Cofradía de Santo Tomás, le apuntó la pistola a la cabeza y luego disparó al aire para obligarlo a que le entregara la imagen. “Hasta dónde estamos llegando, esa imagen circula por las calles del municipio si ningún problema, cómo permitir que ahora ya los cofrades lo hagan con miedo”, expresó Morales.
“La delincuencia cada día está más insoportable, yo no entregué la imagen, pero cuando el ladrón disparó al aire me dio miedo y pensé en mi esposa y en el cofrade, nuestras vidas estaban en peligro, pero me dolió entregarla”, señaló.
El Ministerio Público realizó un allanamiento en una casa del centro de Chichicastenango y según un miembro de la alcaldía indígena que no quiso identificarse por seguridad tienen conocimiento de que en una cámara de vigilancia de un negocio cercano habría grabado el momento en el que robaron la imagen y que aparece un hombre que podría ser el dueño de la vivienda allanada, pero hasta el momento no hay resultados de la acción legal, comentó.
Cofradías
Las cofradías fueron impulsadas durante la colonia como una forma de evangelización de cultos a determinados ritos o imágenes representativas y se integraban vecinos, dirigidos por los abuelos, escogidos o prominentes. Tenían como misión la promoción del culto al santo, la celebración de la fiesta patronal y la indumentaria de la imagen. El nombre viene de confraternidad, es decir de la unión fraternal.
“Todos los pueblos tenían las cofradías que se mezclaron en los pueblos indígenas con tradiciones ancestrales, por lo que al perder el santo se les pierde la historia, porque ya no tienen a quién hacer los ritos y se la gente se queda desvinculada de su cultura y su pasado”, explicó Johann Melchor, el historiador del Arte.
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La población sale a buscar la imagen, “porque se acabó el santo y se acabo el pueblo, su historia. En Chichicastenango fue donde Jiménez halló el Popol Vuh, es el corazón del pueblo Quiché”, explicó Melchor.
En la Descripción Geografico-moral de la Diócesis de Goathemala, de Pedro Cortés y Larraz, Arzobispo de Guatemala entre 1767 y 1779, se dedica un apartado para explicar cómo era el camino para llegar a Chichicastenango y el funcionamiento del pueblo y sus cofradías, que en aquel entonces tomaban las decisiones religiosas y administrativas; lo que quiere decir que los sacerdotes no tenían el poder en las iglesias, sino las cofradías decidían el uso de los recursos que obtenían, a veces para las festividades, en ocasiones con algunos “abusos”, y otras para los enfermos.
De acuerdo con Carlos León, historiador de Chichicastenango, a partir de 1540 surge la primera cofradía. Un 21 de diciembre se realiza la primera misa por parte de los hermanos dominicos y la hacen en honor a Santo Tomás Apóstol lo que marcó al santo como el patrono del municipio.
“El éxito de la catolicisimo en el municipio fue que permitieron la unificación de la adoración a Jesucristo, pero al mismo tiempo los habitantes podían seguir agradeciendo a la naturaleza, al dios de las cosechas, de la lluvias y dieron un respiro a los indígenas que estaban siendo obligados a no mencionar a ninguno de ellos y que fueron convertido completamente al catolicismo”, indicó.
Una de las muestras más claras fue que se construyó la capilla de de la iglesia de Santo Tomás, pero en los graderíos los religiosos permitían que se realizaran los rituales a los dioses de los pobladores, ritos que hasta el momento se realiza, mencionó.
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“Conforme fue pasando el tiempo se organizaron de tal forma que la cofradía fuera autosostenible, inicialmente con pequeños negocios para que el cofrade pudiera mantener la tradición de la cofradía que actualmente posee una carnicería y una producción de velas que son vendidas para las actividades religiosas dentro y fuera de la iglesia”, explicó el historiador.
El cofrade que recibe a la imagen de Santo Tomás se tiene que dedicar una año a la cofradía y a los negocios que le pertenecen a esta, en estas actividades se incluye a la esposa y familia del cofrade.
“Hay 14 cofradías en el municipio, pero la de Santo Tomas es la más fuerte, está ligada directamente a la alcaldía indígena que a su vez posee un gran respeto en las comunidades, la alcaldía es la encargada de dilucidar problemas de límites de tierras, conflictos familiares e inclusive la aplicación de castigos comunitarios a personas que son encontradas realizando algún ilícito, es muy respetada por las autoridades municipales y estatales que buscan evitar confrontaciones con ellos por la gran cantidad de personas que los siguen”, indicó.
Agregó: “Nadie se mete con las decisiones de la alcaldía indígena si no quiere tener problemas, algunas municipalidades han querido enfrentarlos, pero el resultado ha sido negativo para ellos, actualmente existe un enfrentamiento entre el párroco de la iglesia de Chichicastenango y la alcaldía indígena por la posesión legal del edificio donde está ubicada la iglesia y el desgaste ha sido grande para los dos grupos”.
La alcaldía indígena de Chichicastenango ha sido reconocida por la embajada de Estados Unidos en Guatemala, por los empresarios, presidentes y embajadores de otros países que la ven como una de las más antiguas en Guatemala y que mantiene sus tradiciones y costumbres, la cual está ligada directamente a la Cofradía de Santo Tomás Apóstol, afirmó León.
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