“Si no los mata el coronavirus lo hará el hambre u otra enfermedad que provenga de la mala alimentación, el riesgo crece especialmente en los niños que viven una desnutrición crónica. En los pequeños mercados muchas personas compran hierbitas para pasar el día sin que nadie los apoye”, comentó Bianchetti.
El obispo señaló que la iglesia católica está de acuerdo con las decisiones que tomó el presidente Alejandro Giammattei para contener el avance del covid-19, pero a las medidas que el gobierno tomó debieron también enfocarse en los pobres.
“Observamos que se empezó al revés –Giammattei– primero se apoya a los grandes empresarios y por último deja a los más pobres; van 15 días y no se activa nada”, dijo monseñor.
Debido al toque de queda decenas de persona no cobrado su remesa porque residen en comunidades retiradas de los cascos urbanos.
“Ojalá y al gobierno no se le salga de las manos este problema porque el hambre es peligrosa y si los ciudadanos están cumpliendo con las medidas solicitadas por las autoridades el apoyo tiene que ser reciproco”, insistió el obispo.
Rosolino Bianchetti envió un mensaje a los alcaldes, diputados gobernador en Quiché, explicó: “No aprovecharse de la necesidad de las personas para hacer una figura política no es el momento de que lo vean como “el salvador del pueblo” entregando comida a cambio de apoyo y peor aún entregarlo solo a sus simpatizantes”.
La iglesia estará vigilante de las acciones que tome el gobierno para apoyar a toda la población sin distinción de credo o raza, expresó Bianchetti.