“Este año se ha notado un incremento en la cantidad de basura en Quetzaltenango. Antes los camiones hacían un viaje, pero ahora se ha aumentado a dos viajes al día. Hay muchas causas, pero principalmente se debe a que hay un alto consumo de comida rápida y ha aumentado el número de residencias”, explicó Juan Carlos Díaz, jefe de Servicios Ambientales de la comuna.
Indicó que hasta noviembre del 2016 el tren de aseo recolectaba 120 toneladas de basura al día, pero desde diciembre se notó un incremento que consideraron se debía a las festividades de fin de año, pero la cifra siguió creciendo, en especial en las zonas 8, 9 y 10.
Autoridades municipales aseguran que este año recogen 20 toneladas más que en el 2016.
“El problema es el cambio de hábitos y la carencia de cultura de reciclaje. En muchas tiendas dan una bolsa plástica grande por un jabón pequeño. Se puede rechazar la bolsa y evitaríamos más basura, pero todo es cuestión de educación”, añadió.
Carlos Hidalgo, educador ambiental, considera que el problema se debe a que las personas olvidaron las costumbres de los abuelos y es necesario recuperar la conciencia y consideración hacia el medio ambiente. “Una de las primeras alternativas es optar por productos con menos empaques. Debemos comprar lo más natural y orgánico, porque este tipo de productos son mejores para la salud y generan menos basura”, señaló.
Hidalgo recomienda a la población buscar productos con envase reciclable. “En los refrescos es mejor optar por la lata, que es reciclable, y no el plástico, que es muy difícil de reciclar. Otra opción es reutilizar y comprar productos de larga duración. Un material que al reciclar se aprovecha al cien por ciento es el vidrio”, afirmó.
Quejas
Vecinos opinan que el problema se debe a que no hay control en la autorización de construcción de viviendas y al incremento de pobladores. “A Xela vienen muchos estudiantes y la mayoría son jóvenes, a quienes no les importa la naturaleza; compran y compran cosas, sobre todo comida chatarra, pero no piensan en la basura, son incapaces de utilizar platos de vidrio, por haraganería, y prefieren desechables, para no lavar”, dijo Ileana Rodas, vecina de la zona 9.
Otra queja de los vecinos es la mala imagen que da a la ciudad la acumulación de basura. Carlos Pérez, quien reside en la zona 1, expuso. “Los centros nocturnos y restaurantes son incapaces de pensar en un plan de reciclaje. Además, sacan la basura en las noches, y durante la madrugada los perros rompen las bolsas. La municipalidad debería sancionarlos drásticamente”, criticó.