Quetzaltenango

Voluntarios resguardan a 16 perros que habitan en el Cunoc

Un grupo de docentes, alumnos y profesionales se unieron para identificar a perros sin dueño que viven en el Centro Universitario de Occidente (Cunoc), el propósito es esterilizarlos, velar por su vacunación para prevenir un brote de enfermedades así como educar a los estudiantes para evitar el maltrato animal.

Voluntarias colocan el collar a uno de los perros que habita en el Cunoc, el propósito es identificarlo y que los alumnos conozcan su nombre. (Foto Prensa Libre: María Longo)

Voluntarias colocan el collar a uno de los perros que habita en el Cunoc, el propósito es identificarlo y que los alumnos conozcan su nombre. (Foto Prensa Libre: María Longo)

En los últimos meses catedráticos y alumnos del centro se percataron del incremento de perros que se mantienen en el lugar, por esta razón solicitaron la ayuda de Aldo Lucas, experto en adiestramiento de perros y quien los asesora sobre la conducta de los animales.

Barbará Carpio, catedrática de la división de Arquitectura y Diseño, indicó que el proyecto es “completo” para el cuidado de los animales e incluye la alimentación, castración y vacunación, así como la identificación por medio de un collar con su nombre, el cual realizaron este lunes.

“También se está dando un adiestramiento a las mascotas para que puedan convivir tanto ellos como los usuarios del centro, ya que ha aumentado la proliferación de mascotas, la visión en un futuro es que ellos tengan un resguardo y que se sientan en el centro como que fuera su casa y de ser posible que alguien los adopte”, explicó Carpio.

Los involucrados aseguran que decidieron hacer el proyecto  “por el respeto a la vida de cualquier ser vivo” y porque “somos animalistas”. Para cubrir los gastos del cuidado de los 16 perros identificados hasta ahora los voluntarios aportan tiempo y recursos económicos.

Aldo Lucas ordena los collares que serán colocados a los perros que desean resguardar. (Foto Prensa Libre: María Longo)

“Hacemos esto para que no se sigan reproduciendo y que cuando los usuarios entren al centro se sientan cómodos al interactuar con los animales. El aumento de perros en el Cunoc se debe a la irresponsabilidad de las personas al adquirir a sus mascotas, no les tienen un lugar seguro, cuando son hembras no las castran y las abandonan, es la irresponsabilidad del humano”, aseguró la docente.

De acuerdo con los involucrados han recibido ayuda de los colaboradores del centro así como de egresados. Hasta ahora los voluntarios han podido esterilizar a siete hembras, pero faltan cinco.

“Invito a los alumnos a tolerar a los perros, hay personas que entiendo que no son fanáticos de ellos, pero pueden dejarlos en su espacio y no agredirlos, los perros no están provocando algún daño”, indicó Melanie Alvarado, voluntaria del proyecto.

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Diana Córdova, catedrática del centro, agregó que el grupo de perros que reside en el Cunoc es una población que necesita atención y cuidado.

“Es imposible que siga sin visualizarse, estamos tratando de darles una calidad de vida, son muy cariñosos y agradecidos, tener un animalito en el centro de trabajo o de estudio es positivo. Podría asegurar que a la mayoría de estudiantes les agradan y se acercan a hacerles cariño. Es algo positivo siempre y cuando sea controlado porque un brote de rabia sería fatal, por eso próximamente les colocaremos sus vacunas”, dijo Córdova.

Para Lucas, entrenador de perros y quien apoya el proyecto, es posible rehabilitar a los perros, pero es importante que la población se eduque y asesore sobre lo más conveniente para los animales sin hogar.

“El ser humano tiene prejuicios y califica a los animales, surge en ellos temor y el perro reacciona porque siente la energía negativa, el perro se coloca en modo de defensa y esta a la expectativa, trata de llamar la atención y reclamar el territorio, se recomienda ignorarlo”, indicó Lucas.

Los perros fueron identificados con un collar, aunque los voluntarios también se encargan de su vacunación, castración, alimentación y aseo, desean que en el futuro alguien los adopte. (Foto Prensa Libre: María Longo)

Para el entrenador, un factor importante y que ayudará al comportamiento de los perros es la colocación de un collar con su nombre, de esta forma las personas en el centro los llamarán por un nombre y no por varios como suele suceder.

“Los alumnos de la mañana les llaman de una forma y los de la tarde de otra, esto crea en el perro una doble personalidad, si lo llaman en diminutivo el perro siente afecto, si le dicen osita la perra es afectiva, pero si le dicen peluche se comparta de forma distinta, por eso es importante que tenga un nombre y todos lo llamen igual, al escuchar que todos le dicen su nombre entonces el perro no siente indiferencia ni preferencia y se comporta mejor”, aseguró.

Los voluntarios donan su tiempo y recursos económicos para los animales que habitan en el Cunoc. (Foto Prensa Libre: María Longo)

Otra razón por la que los voluntarios les colocaron el collar es para educarlos, afirmó Lucas. “Por medio del collar pueden jalar al perro para una negación y que el sepa que le llaman la atención”.

Los nombres:

Hasta ahora los voluntarios han identificado a 16 perros con estos nombres.

  • Quesito
  • Capuchina
  • Candy
  • Lucy
  • Oso
  • Gosda
  • Doby
  • Nube
  • Manchitas
  • Chip
  • Osita
  • Colochito
  • Hally
  • Pinky
  • Nelly
  • Y un cachorro que aun no tiene nombre

Los voluntarios escogieron diversos nombres para las mascotas del Cunoc, algunos hacen honor al olor que tenía el perro como en el caso de Quesito, otros por su aspecto físico como Oso y Gosda y en otros casos por el color de su piel como capuchina.

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