Rodolfo Asturias Méndez, conservador de edificios históricos, señaló que pese a los daños ocasionados por sismo, el edificio del Invo no amerita demolición.
Agregó que para restaurarlo se necesitarían dos años y una inversión de unos Q4 millones. El edificio resultó con daños luego del sismo del pasado 14 de junio que afectó el suroccidente del país.
Asturias comentó que dos esquinas de las cornisas del salón se cayeron y que varias aulas fueron dañadas, pero lo que preocupa es que ese edificio tiene más de 125 años y no se le ha dado el mantenimiento debido, por lo que la restauración es urgente; de lo contrario los daños serán irreversibles.
años de antigüedad tiene el edificio del Invo en Quetzaltenango.
“Las cornisas necesitan refuerzos. Hay desplome de paredes y eso es peligroso, porque si hay otro sismo se corre el peligro de que se desprenda. No hay necesidad de botar, pero sí de trabajar rápidamente”, afirmó.
El arquitecto José María Magaña señaló que los daños son menores pero todo podría complicarse porque hay áreas expuestas a la lluvia y la humedad debilita la parte dañada.
Los expertos, que fueron invitados por profesores del Invo, coinciden en que el edificio del Ifebo también requiere intervención inmediata.
Los maestros ven con preocupación que los estudiantes se expongan a los peligros que representan los edificios dañados y esperan que las autoridades le presten atención al problema.