Cada cuatro años la emoción invade a Manuel, quien cumple con la tradición que inició su papá, Victor Manuel López, ya fallecido. El primer álbum que llenó fue el de España 1982, y desde ese mundial ha llenado todos: México 86, Italia 90, Estados Unidos 94, Francia 98, Japón-Corea 2002, Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y ahora Rusia 2018.
Para Manuel la clave de llenar los álbumes es organizarse y tener en mente que cuando se inicia algo se debe terminar.
“Es un proyecto muy grande, antes los álbumes traían 100 estampas, ahora son más de 600, el álbum de este año para llenarlo hay que invertir más de Q1 mil 200, lo importante es tener el dinero”, afirma el coleccionista, quien reconoce que para completar todas las estampas a veces es necesario vender objetos.
“Lo importante es no quedarse a medio camino, porque la colección solo es un tiempo, después del mundial ya no se puede. Lo más importante es amar el futbol”, afirma.
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Agrega que durante todos estos años ha aprendido a interactuar con otros coleccionistas con quienes intercambia estampas de jugadores, escudos y otras. Cada vez que puede acude al Parque Central de Xela a intercambiar estampas.
Entre sus anécdotas recuerda que algunas veces tuvo que recorrer largas distancias para conseguir las estampas. “En varias ocasiones tuve que viajar a la capital y hasta Tapachula, México, para conseguir las estampas, una vez cambiaron el álbum y hubo que viajar para conseguirlo”.
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Manuel se siente satisfecho porque en 36 años ha completado todos los álbumes que le sirven de referencia para ver los partidos del mundial, ya que observa las fotografías de cada protagonista y la historia de cómo los equipos clasificaron.
“En otros mundiales han sorteado viajes y premios a quien llene los álbumes, lamentablemente nunca he ganado, pero sigo intentando. Lo más importante es que tengo la colección que es admirada por los que me visitan”, añade Manuel.
En Guatemala, el coleccionista de álbumes del mundial es fiel seguidor del Xelajú Mario Camposeco, equipo con el que ha simpatizado desde que era niño. Asiste constantemente al estadio para apoyar “en las buenas y en las malas a los superchivos”.
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