De acuerdo con la acusación del Ministerio Público (MP), el 27 de abril del 2012 el condenado retiró Q8 mil 500 de una agencia bancaria en Retalhuleu y Q1 mil 500 de un cajero automático, después de que la víctima depositara en Xela los Q10 mil acordados a cambio de que no le hicieran daño a él y su familia.
Explica que dos días antes, un sujeto aún no identificado le entregó un teléfono celular a un piloto de los buses propiedad del agraviado, para que se lo entregara y exigirle Q50 mil, pero luego de una negociación, se acordó el pago de Q10 mil.
Raúl López, agente Fiscal del MP, indicó que el ente investigador había solicitado una condena de 12 años, porque la víctima era una persona trabajadora; además, fue amenazada.
Agregó que las investigaciones en contra de Escobar continúan, ya que en su cuenta bancaria hay otros depósitos que oscilan entre Q5 mil y Q10 mil que hacen un total de Q50 mil.
Pruebas
Perla Nowell, jueza Tribunal Segundo de Sentencia Penal de Quetzaltenango, determinó que con el relato de la víctima y la declaración de los investigadores, se comprueba que el condenado participó en el delito.
El MP también presentó como prueba la boleta del depósito bancario que efectuó la víctima, así como otros documentos con los que se comprobó que la cuenta está a nombre del condenado.
Según el relato del sentenciado, él es inocente, pues afirmó que prestó su cuenta bancaria a un excompañero de trabajo conocido como “Cabrita”, quien le dijo que un familiar le depositaría el dinero, ya que necesitaba medicina para su hija, por lo que accedió. En cuanto a los otros depósitos no brindó detalles.