El comedor, que también funcionaba como albergue, estaba contiguo al Hospital Regional de Occidente (HRO) desde el 2010, cuando fue inaugurado por el expresidente Álvaro Colom, hasta el año pasado que dejó de atender.
El programa fue incapaz de ejecutar los fondos asignados este año, al parecer porque no se presentaron oferentes calificados para proveer alimentos.
Este jueves, trabajadores cargaban el equipo, que ya luce deteriorado por el tiempo que estuvo guardado y sin uso. Las estufas, hornos, y demás mobiliario será llevado a una bodega de la capital, aunque aún no se determina su uso.
El inmueble que fue desalojado pertenece a la SBSP que lo prestó al Ministerio de Desarrollo Social (Mides), a cargo del programa de Comedores, pero al ver que no reiniciaba el servicio optó por requerirles el espacio.
Funcionaría en agosto
Carlos Sirín, subdirector del programa, expuso que se pensaba abrir de nuevo el comedor para agosto de este año, pero fueron informados de que debían entregar las instalaciones.
El comedor que fue inaugurado en el 2010 y desde hace dos meses también se adaptó como albergue para personas cuyos familiares se encuentran internados en el HRO, o pacientes que llegaban de la región por sus citas médicas.
Sirín asegura que el proyecto era abrir ocho comedores en todo el país, para lo cual se contaba con un presupuesto de Q14 millones. En Quetzaltenango se servirían 63 mil raciones de comida.
“Presupuesto siempre se ha tenido para los comedores, pero lamentablemente hay tardanza en la gestión, la ley no permite acelerar el proceso para ejecutar, en el caso de Quetzaltenango no tuvimos ningún oferente y lo íbamos a hacer por compra directa, pero nos pidieron el lugar”, afirmó Sirín.
Los trabajadores del Mides indicaron desconocer el destino que tendrán las instalaciones que ahora regresarán a la SBSP, con quien se tenía un convenio, mismo que no fue renovado este año.
Mientras tanto, son cientos de familiares y pacientes los que al mes deberán dormir en el piso afuera del hospital y sufrir frío, y en algunas ocasiones hambre, debido a que muchos no cuentan con el dinero suficiente para pagar alimentos en otros comedores.