Por medio de pruebas de ADN efectuadas a los padres de la Ajquí, médicos forenses confirmaron que los restos encontrados pertenecen al taxista de 38 años, cuya familia tenía la esperanza de encontrarlo con vida.
Parientes de Ajquí lo vieron por última vez el 6 de octubre último, cuando como todos los días salió a trabajar en su taxi, pero ya no regresó a su hogar con su esposa y sus siete hijos. Se informó que en el vehículo en el que viajaba no ha sido localizado.
De acuerdo con la necropsia efectuada por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, la víctima falleció a causa de heridas de bala en la cabeza.
“Estamos bastante impactados, sabíamos que la respuesta podía ser afirmativa y ahora ya tenemos el cuerpo de mi hermano, pero no esperábamos que el muriera de esta forma”, manifestó Juan Ajquí, familiar de la víctima.
Días de angustia
Familiares relataron que desde el 6 de octubre último, los días han sido dolorosos y angustiantes. “Sentimos impotencia, pero creemos en la justicia divina y terrenal, esperamos que se esclarezca lo que sucedió”, dijo un hermano del fallecido.
Añadieron que desconocen el motivo del crimen contra el taxista; además, afirmaron que no recibieron llamadas telefónicas para exigirles rescate o amenazarlos.
Amigos y parientes de Ajquí lo recuerdan como una persona agradable con facilidad para hacer amigos, un hombre trabajador y dedicado a su familia. Hasta ahora los investigadores no han informado si existe alguna hipótesis del crimen.
El 19 de octubre cuando fue hallada la osamenta en un sembradío de maíz de la aldea Santa Rita, también se localizó un
pantalón azul y un par de tenis blancos, ropa que tenía similitud con la que vestía la victima el día que desapareció.