En el 2011, Pinzón, quien era catedrático universitario, decidió que para crecer a escala profesional necesitaba salir del país, y consideró que su destino debía ser un lugar liderado por la innovación tecnológica, por lo que se inclinó por España.
“Al principio, como todo cambio, me resultó difícil por estar en una cultura diferente y tratar de abrir puertas sin conocer a nadie”, afirmó Pinzón.
Un año después, Estacuy, con la ayuda de Pinzón y luego de haber ahorrado suficiente dinero, viajó a España para estudiar una especialidad en sistemas. “Soñaba con trabajar y estudiar en el extranjero, y digo soñaba porque la realidad económica de mi familia no era la mejor como para imaginar que algún día podría salir del país”, refirió.
Impulso
En el 2014 ambos empezaron a trabajar en una empresa que se especializa en pagos en línea y por teléfono móvil. Fue en esa compañía donde crearon la aplicación que hoy es utilizada por miles de personas en España y Portugal, con el objetivo de reducir el tiempo de permanencia en estaciones de servicio.
El desarrollo de la aplicación empezó a finales del 2014, y en el proyecto se involucró a cien personas, para trabajar en el área de desarrollo de software de la compañía, quienes fueron dirigidos por los quetzaltecos. La aplicación salió al mercado en mayo del 2015.
En el proyecto, Pinzón es el coordinador y Estacuy, jefe de desarrollo de software. Ambos son ingenieros en Sistemas graduados en Guatemala y tienen especialidades que obtuvieron en España.
Triunfar en el extranjero no ha hecho que los jóvenes olviden su tierra natal, pues Pinzón afirmó que echa de menos los gestos de bondad, nobleza, humildad y cordialidad que caracterizan a los quetzaltecos.
Estacuy indicó que extraña ir al estadio Mario Camposeco para apoyar al Xelajú MC y caminar por el barrio El Calvario, donde creció.
Ambos desean regresar a Quetzaltenango en el futuro; Pinzón planea casarse con su prometida y formar un hogar, mientras Estacuy sueña con una Guatemala conocida a escala mundial por las capacidades de su gente y no por la violencia.
“Soy un joven indígena maya quiché guatemalteco, mi padre murió cuando yo tenía 11 años y vengo de un hogar de condiciones económicas difíciles, ver que todo eso ha quedado atrás, y ayudar a mucha gente es mi mayor éxito”, afirmó.