Felipe García, líder comunitario de Llanos de Urbina, Cantel, señaló que las autoridades no han tomado en serio la petición de la población de trasladar esa cárcel a otro sitio, porque donde se ubica es ahora zona residencial.
“En el 2014 solicitamos a las autoridades correspondientes que a la cárcel se le redoblara la seguridad, porque había muchos incidentes. Sin embargo, los problemas persisten y el temor que tenemos es que muchos vecinos debemos pasar frente a las instalaciones donde ha habido ataques armados, como el registrado a finales del año pasado, y eso evidencia que hay poca seguridad”, detalló.
Se escuchan disparos
Amalia Rodas, otra vecina del sector, comentó que en ocasiones se escuchan disparos desde la zona alta de la cárcel —donde permanecen los reclusos— y eso le causa temor, ya que las balas perdidas podrían impactar contra un familiar o vecino y causarle la muerte.
“En esa cárcel hay mucha corrupción, porque no es posible que los presos tengan armas de fuego, artefactos explosivos y licor. Hay ocasiones en que estoy lavando ropa cuando escucho detonaciones de arma de fuego. Las autoridades deben mejorar la vigilancia, porque seguramente algunos guardias reciben dinero a cambio de dejar ingresar cosas”, reclamó.
Pandillas rivales
Un guardia del SP, que no quiso dar su nombre, dijo que los problemas que se registran en el penal son causados por grupos rivales de pandilleros, y no por el resto de la población reclusa.
Manifestó que desde el 2012 aumentó el número de reclusos, debido a que en San Marcos no hay cárcel preventiva, por lo que en esa granja penal se habilitó un área para los reos de ese departamento, y eso causó que el sector donde se encuentran los pandilleros se redujera.
“Los problemas siempre los causan los mareros, y eso es porque no hay espacio dónde tenerlos. También me sorprende cómo es que ellos —los pandilleros— llegan a tener armas de fuego y las accionan contra pandilleros rivales. Y si se da cuenta, la mayoría de los que son trasladados a la emergencia son pandilleros”, refirió.
El criminólogo quetzalteco Carlos Martínez señaló que la corrupción en las cárceles es un problema que no se termina y el bajo salario de un guardia podría causar que algunos cometan actos de corrupción.
“Para nadie es un secreto, por lo menos para ninguno de los abogados que llevamos casos de presos, que si una persona llega a la Granja Penal Cantel tiene que pagar Q15 mil por derecho a no hacer la talacha. Antes el cliente debió pagar entre Q3 mil y Q4 mil en el preventivo. Lo que significa esto es que también hay células de corrupción dentro del sistema”, señaló Martínez.
“Muchas veces se hacen requisas y se toma como una medida positiva porque encuentran todo tipo de objetos y costales con licores, pero seamos sinceros, el alcohol no puede entrar solamente por una persona que va de visita, eso está controlado y el SP sabe que hay corrupción no solo por los guardias, sino también por los alcaides”, resaltó.
No habrá otra cárcel
Juan Rosales, gobernador de Quetzaltenango, explicó que en el 2013 hubo un proyecto para la construcción de una cárcel de máxima seguridad, pero fue suspendido porque vecinos del Valle de Palajunoj, en el área rural de Xela, se opusieron, y ahora se deberá buscar otro lugar.
“También tenemos el inconveniente de que en San Marcos no hay cárcel y los presos son recluidos en Cantel. Los informes de la Policía señalan que los incidentes que se dan ahí es por rivalidades entre pandilleros”, indicó.
Rudy Esquivel, director de comunicación del SP, explicó que en el penal Cantel hay dos mil 104 reclusos, pero la capacidad del inmueble es de 625.
Respecto de los incidentes que se han registrado dentro y fuera de la cárcel, señaló que han tomado acciones y que en los últimos años ha habido disminución de esos hechos. Afirmó que actualmente trabajan en la reforma carcelaria para mejorar los controles.
Sin embargo, en la última quincena de diciembre ocurrieron dos incidentes armados que dejaron varios heridos.