Por la mañana el viacrucis de la Catedral acompañó la procesión del Justo Juez mientras recorrió las calles alrededor del parque central.
La imagen de Jesús Nazareno de la Iglesia San Juan de Dios transitó por la 12 avenida, zona 1, la cual es venerada en procesión desde 1916.
Además de las procesiones, algunas familias quetzaltecas elaboraron altares y alfombras en los cuales los fieles rezaron.
“Es una manera de agradecer a Dios por el sacrificio que hizo de entregar a su hijo, y a el por el dolor que pasó por nuestra causa, también nos ayuda a continuar con la reflexión sobre nuestras acciones”, indicó Amílcar García, fiel que realizó un altar junto a su familia.
Por la tarde las cinco procesiones del Santo Entierro de las Iglesias San Nicolás, Catedral, San Bartolomé, La Merced y la Transfiguración, iniciaron su recorrido.
Por la noche todas se reunieron en el parque central donde miles de quetzaltecos las observaron, como ya es una tradición.
El propósito de las hermandades era motivar a los fieles a reconocer el lugar que se merece Jesús, además de conmover a los quetzaltecos por medio del entierro.
“El mensaje que queremos transmitir es que debemos preparar nuestro corazón como un trono y sitio de honor para el señor a quien sea la gloria por siempre y por los siglos de los siglos”, dijo Luis Díaz, secretario de la Hermandad del Señor Sepultado de San Nicolás.
Según Díaz, en este cortejo procesional participaron 500 fieles, las andas medían 12 metros y en cada turno participaron 90 para llevarla en hombros.
Los niños también participaron de los cortejos procesionales, iban en las primeras filas. “Es la forma de que nuestros hijos continúen con esta tradición que es parte de nuestra fe”, dijo Adela de Leon, vecina de la zona 3.
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