“El fin es lograr una conciencia ambiental en toda la comunidad universitaria, creemos que por medio de estas jornadas el estudiante y los docentes tienen un acercamiento directa con la naturaleza y se dan cuenta de la importancia de cuidar lo que ya tenemos”, afirmó Martínez.
Agregó que “a la mayoría” de los participantes les cuesta sembrar y esto contribuye a que “valoren” más un “arbolito”. La policita ambiental de la Universidad de San Carlos de Guatemala se aprobó en el 2014 pero fue hasta en el 2018 cuando surgió el convenio de las jornadas de reforestación junto al Instituto Nacional de Bosques (Inab).
A pesar del intenso sol y el cansancio por hacer el ahoyado, los jóvenes persisten en este proyecto porque consideran que es una esperanza de recuperar los bosques del departamento y ayudar a “reducir” los efectos del “cambio climático”
“El año pasado participaron alrededor de mil 100 estudiantes y se sembraron 12 mil 500 árboles en 27 jornadas, de acuerdo a la evaluación que se hizo con el Inab tuvimos un 60 por ciento de eficiencia en los arboles, en varios sectores se hará una resiembra para garantizar que los resultados sean los esperados”, indicó Martínez.
Para lograr las jornadas de reforestación los estudiantes contribuyen con donar los arboles y en otros casos empresas privadas los aportan. “Algunos estudiantes que no pueden participar en las jornadas contribuyen en la compra de arbolitos”, dijo la coordinadora.
La “motivación” de los estudiantes se demuestra con un incremento en la participación de esta actividad, además los alumnos proponen otras medidas como recolectar desechos alrededor de los lugares donde siembran los arboles.
En cuanto al 40 por ciento de los árboles sembrados en el 2018 y con los cuales no se tuvo un resultado positivo, los organizadores consideran que fue a causa de varios factores como el clima, los sectores donde se sembraron, la especie no era apropiada al lugar, el terreno y la falta de experiencia de los voluntarios.
Lea además: Olintepeque prohíbe el uso de bolsas de plástico y recipientes de duropot
“No tenemos con certeza por qué sucedió que ese 40 por ciento de arboles muriera pero hay causas probables”, concluyó.
Guillermo Monterrosa, director subregional del Inab, afirmó que estas acciones ayudan a recuperar áreas que han sido devastadas por incendios forestales, tala ilícita y plagas. “La idea es devolver nuevamente el árbol al paisaje y con el apoyo de los jóvenes logramos la sensibilización y educación forestal”.
Agregó que por medio de las jornadas de reforestación la población percibe que sin la cobertura forestal “el climas es más caluroso”, además de confirmar que le trabajo de plantar árboles es “duro”.
Monterrosa explicó que otra contribución de los voluntarios es regresar al lugar de jornada un año después para darle “mantenimiento” a la plantación. Los jóvenes son capacitados por el Inab y posteriormente se les provee un área para ejecutar el proyecto.
“Cualquier profesión sin importar cual sea está ligada a la naturaleza y a los bosques”, afirmó Monterrosa.
La primera jornada del Cunoc se realizó el Día del Árbol, para esa actividad participaron jóvenes que aspiran a ingresar al Cunoc y que están en el Programa Académico Preparatorio.
Contenido relacionado
Se inicia la temporada de reforestación, conozca cómo puede ayudar a sembrar árboles
Esto puede hacer si desea colaborar con la reforestación del Parque Nacional Pacaya