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El agresor le dijo que saliera de la tienda para recoger el producto, al inicio la niña se negó, pero posteriormente accedió, cuando se acercó a un picop para recibir la mercadería Cotom aprovechó para introducirla a la fuerza en el vehículo.
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Jueza del Tribunal de Femicidio condenó a 54 años a Edin Yovani Cotom Nimatuj quien en junio del 2018 violó tres veces a una niña. pic.twitter.com/fvaSFMEVbe— elQuetzalteco (@elQuetzalteco) September 3, 2019
En el forcejeo la niña dejó tirados sus zapatos, adentro del picop la víctima intentó liberarse pero el violador la tomó con fuerza de su faja, le quitó el corte y lo lanzó por la ventana, además de golpearla, pese a que ella pataleaba y gritaba.
“La niña intentó tirarse del vehículo, el acusado la agarró del cabello y la golpeó contra el tablero del vehículo”, dijo la jueza al leer la sentencia.
Después de amarrar a su víctima, el condenado condujo desde Totonicapán hasta el autohotel Secreto de Amor en San Mateo, Quetzaltenango, donde compró cervezas e intentó obligar a la agraviada a consumir una.
La niña tenía el rostro cubierto de sangre, razón por la que el delincuente la obligó a bañarse, después la violó tres veces, de acuerdo con el relato de la menor las agresiones fueron de forma vaginal, anal y oral.
En el lugar la menor de 10 años no fue auxiliada, cuando Cotom terminó su fechoría se retiró, al día siguiente la niña salió del autohotel con la poca ropa que tenia, los empleados la ignoraron.
Con dificultad para caminar y con golpes en varias partes del cuerpo la niña fue observada por una mujer que estaba por el sector, quien se acerca a ella y la auxilia, bomberos llegaron para trasladarla al Hospital Regional de Occidente donde la identificaron, ya que se había activado una alerta Alba keneth.
Según los testigos la niña vestía “únicamente” un huipil rasgado. En el hospital los médicos la evaluaron y el personal del Ministerio Público (MP) tomó una muestra del semen y de espermatozoides.
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Cotom Nimatuj había sido condenado en noviembre de 2017 a 20 años de prisión por violar a una niña de 14 años, pero gozaba de medida sustitutiva, en ese caso el Juez Werner Sac lo condenó pero no ordenó la prisión inmediata al emitir la sentencia. La segunda víctima fue la menor de 10 años.
De acuerdo con la evaluación psicológica, la niña estuvo sometida a una situación estresante durante las diversas agresiones que sufrió.
Patricia Rodríguez, jueza del Tribunal de Femicidio de Quetzaltenango, le dio valor probatorio a la declaración de la víctima, quien dijo lo sucedido, así como al relato de la mujer que la auxilió y las palabras de una persona que trabajaba en el autohotel cuando sucedieron los hechos.
La infante detalló que el violador le aseguraba que la iba a matar, acción que creyó.
“Lo que yo pido es que se haga justicia, mi hija está muy enferma, le duele mucho el estomago, pido justicia. El – Yovani Cotom – le dijo a mi familia que me va matar, lo que dijo me duele, el es responsable por las amenazas y lo que le pase a mi familia”, expresó ante la jueza el padre de la niña, el hombre fue auxiliado por un intérprete.
La familia de la victima habla k´iche´ y a causa de lo sucedido el padre tuvo que acudir constantemente a diferentes instituciones, dejó de trabajar y perdió la cosecha del año.
“Todo el tiempo que me están pidiendo yo no mate a la niña, reconozco mi error y estoy arrepentido, ni siquiera me acuerdo, le hice un gran daño a la pobre niña, aquí todos ganan excepto yo”, dijo Cotom a la jueza antes de escuchar la sentencia.
La juezgadora determinó que el MP presentó pruebas suficientes y que el violador debe pasar 54 años en prisión, 18 por cada violación.
“No la mato pero le marco la vida, le daño el proyecto de vida, incluso a su familia. La niña fue sacada de su entorno familiar y social, golpeada y amenazada, sufrió acciones denigrantes”, dijo la juzgadora.
El MP también aportó las grabaciones de la cámara de vigilancia del autohotel.
El día de los hechos, cuando el padre de la niña regresó a la vivienda, se percató que la niña no estaba, pensó que estaría con sus familiares, pero al pasar los minutos y darse cuenta que no regresaba empezó su búsqueda.
Los pobladores de la comunidad encontraron los zapatos y el corte, entonces avisaron a las autoridades.
El día que fue raptada la niña estaba en la tienda de su familia y además cuidaba a un sobrino, según la juzgadora la víctima estaba en mayor desventaja por su edad, por ser indígena y por ser mujer.
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