María del Carmen Matzuy, de 68 años, indicó que todo ocurrió a las 19 horas, cuando su hija preparaba la cena y el aceite que colocó en un sartén formó una burbuja y en su interior se apreciaba la imagen de la Virgen de Guadalupe.
“Mi hijo le preguntó si era la Virgen María y la imagen respondió que volvería y sonrió”, asegura Matzuy.
Desde entonces la familia efectúa una novena cada año a principio de enero; además, varias familias acuden a la vivienda para pedir milagros a la imagen o para superar alguna situación difícil.
“Tengo 25 años de servirle a la Virgen en lo poco que puedo hacer, porque como humana no puedo efectuar todo lo que ella quisiera”, afirmó Matzuy.
La familia recuerda que dos semanas antes de la aparición, en la vivienda se percibía un olor a rosas y comprendieron de qué se trataba hasta que apareció la imagen de la Virgen. “Algunas personas aceptaban la visita de la Virgen, pero otras no”, agregó Matzuy.
Lugar para rezar
Resaltó que esa noche del 9 de enero de 1993 no hubo cena en casa, pues rezaron el Rosario. Desde entonces la casa de la familia Matzuy se ha convertido en un lugar para rezar.
“Tenemos un cuaderno en el que anotamos los milagros de la Virgen”, dijo la mujer.
Según devotos, las personas que acuden con fe han obtenido respuestas, pues una prueba es el caso de un joven que sanó de un tumor en la cabeza y mujeres que eran estériles ahora son madres.
Según relató Matzuy, al año de la aparición la Virgen cumplió su promesa y regresó, “la vieron como 40 personas que rezaban en la casa”, indicó.
“Es hermoso y motiva nuestra fe, la Virgen escogió por algo a esta y ellos comparten ese privilegio con nosotros, todos debemos rezar a diario el Rosario y darle un espacio para demostrar nuestra devoción”, puntualizó la feligresa Sonia Morales.