“Antes de irme le hablé a mi hija, la moví, la pellizqué, pero no respondió”, relató la madre de Barrios, sobreviviente del ataque, según la declaración que leyó el Ministerio Público (MP) durante la audiencia de primera declaración de Marroquín.
La historia de terror que vivieron las victimas ocurrió el 4 de febrero de este año, cuando acudieron a la granja San Vicente, kilómetro 221, Cantel, Quetzaltenango, para conocer el inmueble que el sindicado ofrecía en arrendamiento.
De acuerdo con la investigación del MP, las víctimas fueron atendidas por Marroquín, quien les indicó que dejaran el vehículo estacionado afuera de la vivienda, después les mostró el área verde y les dijo que no podía llevarlas al interior porque aún estaban los inquilinos, pero que pronto dejarían el lugar, lo que era un engaño.
Cuando el sindicado se ganó la confianza de las víctimas les ofreció llevarlas al nacimiento de agua del lugar. “No tienen por qué preocuparse del agua, porque hay un nacimiento”, les dijo. Ellas accedieron a conocer este lugar, según relató Edgar Gómez, fiscal del Ministerio Público.
Testimonio
La sobreviviente contó a las autoridades que al llegar a un cuarto de bloc, donde se encontraba el manantial, Marroquín golpeó en el rostro a Barrios, la pateó y luego la hirió varias veces con un objeto compuesto por madera y un clavo, de acuerdo con el reporte del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif). En total, el cuerpo de la joven tenía 51 heridas: 13 en el cuello, 4 en el tórax, 19 en los senos y 15 en el abdomen.
El relato de la madre de Barrios es respaldado por las pruebas encontradas en la sangre que se halló en el cuarto donde se presume que ocurrió el crimen. El resultado determina que el ADN coincide con el de la fallecida y de su madre. Además, el reporte de las antenas de telefonía establece que a las 11 horas del día de los hechos, las víctimas y el exfutbolista se encontraban en el mismo lugar, en Cantel.
Otro de los indicios presentados por la Fiscalía son los videos que Barrios envió a su familia en un grupo de WhatsApp, en los cuales se observa la vivienda donde ocurrieron los hechos, a un hombre y a la madre de la joven recorriendo el lugar. Después del crimen, la sobreviviente reconoció por medio de una fotografía al agresor y en su declaración describe a Marroquín.
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Después de ser agredidas, las mujeres quedaron tiradas en el piso. “Nos tapó con grama, tierra y basura”, relató la sobreviviente, quien después de fingir que estaba muerta se arrastró hasta el río Samalá, a 35 metros de donde fueron atacadas. Después fue auxiliada por un poblador. “Por ratos gateaba y otros caminaba”, contó la víctima a las autoridades.
La madre, angustiada, informó a la Policía Nacional Civil (PNC) que habían sido agredidas y que su hija estaba en el inmueble, y aunque los agentes buscaron en el río, no encontraron a Barrios. El cadáver fue localizado el 5 de febrero de 2017.
El fiscal indicó que el cuerpo de Barrios fue localizado sin blusa, un hecho que comprueba la misoginia con la que actuó el responsable, a lo que se sumam las heridas en las mamas y el rostro, entre estos la fractura de la nariz.
Barrios y su madre acudieron al lugar porque esta última vio el rótulo en que se ofrecía en arrendamiento la vivienda. Su hija llamó al número que se indicaba en este y acordó reunirse con Marroquín.
El exjugador también es señalado de haber tomado las pertenencias de las víctimas, entre estos cuatro celulares, dos bolsos, tarjetas de crédito y de débito, incluyendo los zapatos de la sobreviviente, que les quitó antes de escapar en el vehículo de las víctimas, el cual fue localizado en el kilómetro 118, Cantel.
Benito Ajucum, abogado defensor de Marroquín, indicó que el juez debe resolver problemas jurídicos y no sociales. “No se logra explicar ese porqué. Muchos se preguntan por qué sucedió esto, pero no se establece un móvil, y aunque encuentran sangre de la víctima, no se confirma que él estaba ahí”, afirmó durante la audiencia.
Basándose en las pruebas presentadas por el MP, el juzgador de Quetzaltenango resolvió ligar a proceso al exdeportista por femicidio y femicidio en grado de tentativa. El MP también solicitó que fuera por robo agravado, a lo cual no accedió el juez, quien considera que pudo haberse llevado las pertenencias para esconderlas o tirarlas en otro lugar.
El sindicado continuará en prisión.
La familia de Barrios buscaba una vivienda porque su padre estaba hospitalizado en Suchitepéquez y necesitaba un lugar adecuado al regresar a Xela, para recuperarse. En la audiencia, el sindicado indicó que no declararía y prefirió quedarse callado. Este estuvo prófugo por nueve meses y según el MP, se hicieron 12 allanamientos para encontrarlo. Finalmente fue localizado en Estados Unidos.
Novio es querellante
Antes de que iniciara la audiencia, Rodolfo Díaz, abogado de la Fundación Sobrevivientes, solicitó al juez que Érick Lancerio, novio de Barrios y con quien se iba a casar este año, también sea querellante adhesivo, al igual que el hermano de la víctima, a lo que Ajucum no se opuso.
“Se comprueba que eran novios y también que es una víctima colateral que sufrió por el crimen”, dijo el juzgador al resolver con lugar lo solicitado y aceptar como querellante de forma provisional a Lancerio.
“Simplemente lo que buscamos es justicia, los abogados lo han dicho: tenemos las pruebas científicas”, dijo Lancerio.