El cierre del sitio, cuya emanación de vapor lo hacía un lugar frecuentado por vecinos y visitantes, ha perjudicado a la comuna, que ya no percibe ingresos por la actividad turística. También los comerciantes han sido afectados, pues aprovechaban la llegada de visitantes para ofrecer alimentos y recuerdos.
Aguas Amargas está ubicado a menos de 30 minutos de la carretera principal, pero Ágatha destruyó la infraestructura, así como el único puente que permitía el paso hacia ese sector. Ahora, los visitantes deben caminar unos 30 minutos por una vereda que atraviesa un bosque, después de cruzar dos veces el río.
Carmen Xibir, vecina y guía espiritual indígena, expuso que residentes del área todavía llegan, pero los foráneos ya no, porque no pueden pasar en vehículo y deben cruzar el río.
El poblador Francisco Ixcot explicó que antes llegaban muchos visitantes, lo cual hacía que la economía del lugar estuviera en movimiento.
Pedro Chojolán, sacerdote indígena, explicó que el sitio podría perderse si continúa en el abandono, por lo que espera que las autoridades reparen las vías.
El alcalde José María Chay Quiej señaló que tras la catástrofe se gestionó apoyo del Fondo Nacional para la Paz, pero al ser clausurado se perdió el proyecto.
Indicó que espera que el Ministerio de Desarrollo cumpla y dé el financiamiento para la reconstrucción, pues la comuna no puede hacerlo, ya que el costo supera los Q10 millones.
Se tiene programada la edificación de infraestructura apropiada, pero en un sitio no tan vulnerable como en el que está ahora, por lo que se debe comprar un terreno aledaño.