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Su padre tiene diabetes y hace tres años perdió su empleo formal, desde entonces trabajaba de forma irregular en algunos empleos de tiempo parcial, pero el covid-19 lo dejó sin oportunidades.
La madre era empleada doméstica; también perdió su empleo a causa del coronavirus.
La familia, integrada por ocho hijos, no pudo continuar con el pago de la renta de su vivienda. Hace algunos días fueron desalojados. La mayoría de sus hermanos mayores también ocupan un lugar en la cifra de los desempleados por la pandemia.
De acuerdo con estimaciones de Fundesa, Guatemala perderá 1 millón 550 mil empleos durante el 2020 a causa del impacto del coronavirus en las diferentes actividades económicas del país.
Los padres de Andy consiguieron una casa nueva para alquilar, donde almacenan los muebles de su antigua vivienda.
En medio de la crisis que enfrenta la familia, el joven decidió colaborar y ocupar su tiempo en algo productivo: adaptó su bicicleta y colocó un rótulo para anunciar que hace mandados. Sin embargo, la demanda no es mucha porque su familia no le permite viajar muy lejos.
Con lo que obtiene de su labor invita a golosina a sus sobrinos, cubre algunos gastos personales o le ayuda a su madre con los gastos del hogar.
Mientras se seca las lágrimas, Andy asegura que quiere ayudar a sus padres y relata que no continuó con sus estudios de primero básico porque todo era “digital”, además necesitaba de un teléfono o una computadora.
“Yo quiero ayudar a mi mamá para pagar la casa, pero no puedo porque no me salen mandados. Quería hacer algo para ayudarlos pero no podía trabajar en otro lugar. Mi papá no quiere que haga los mandados porque se preocupa que me pase algo, pero yo los tengo que ayudar”, expresó.
Andy no tiene un precio específico para los mandados, depende del lugar al que deba ir. Para contactarlo pueden llamar al 5518 8712 o al 3604 7263.
“Yo voy a traer o a dejar cosas, yo quiero que me pidan mandados, no salen muchos. Si voy al calvario cobro Q5. Depende de lo que vaya a hacer. Una señora me manda a traer tamales y le cobro Q5”, contó Andy.
Para el padre de Andy es difícil ver a su hijo hacer mandados porque él quisiera cubrir todos los gastos y darle al adolescente lo que necesita.
“Soy panificador pero a mi edad me pegó la diabetes y no puedo sacar a mi familia adelante. Tengo a mi hijo que busca cómo salir adelante. Nosotros somos trabajadores y luchamos. Me siento triste por mis hijos, no es que yo no quiera trabajar, pero ya no tengo idea de qué hacer. Yo siempre le digo que vaya con cuidado, me da miedo que le pasé algo o que se vaya muy lejos, que tenga que llevar cosa pesadas”, indicó el padre.
Los hermanos del adolescente valoran el esfuerzo y lo apoyan.
“Es algo conmovedor porque nosotros estamos pasando una crisis. Es el más pequeño de nosotros y tendríamos que salir adelante por él, pero él se da cuenta que no es que no queramos. Ya no nos dan trabajo, nos dicen que nos van a llamar. Nos preocupa cuando se va en la bici, lo hace por la necesidad que estamos pasando”, dijo Ana Escobar, hermana.
Agregó que todo ha sido como una pesadilla porque la vida cambió para su familia desde que inició la crisis por la pandemia y perdió su empleo.