De acuerdo con reportes de la organización Arcas en Petén, las especies más expuestas al tráfico ilegal son las aves y los felinos pequeños. En ambos casos también es común que los traficantes busquen a los pichones o los cachorros, aunque para eso tengan que derribar árboles o incluso asesinar a los padres, pues estos son protectores de sus crías.
Información de esa organización detalla que los controles en carreteras de Petén para prevenir la extracción de fauna silvestre son escasos, por lo que no hay un registro real de lo que ocurre; sin embargo, de enero al 31 de mayo último, al Centro de Rescate de Arcas han llegado 105 animales, la mayoría víctimas del tráfico ilegal.
Se dijo que ese número podría representar solo el 10% de las especies que son extraídas de Petén, lo que significa que el problema es de grandes dimensiones.
Fernando Martínez, director del Centro de Rescate de Arcas en Petén, dijo que a escala mundial el tráfico de animales genera unos US$23 mil millones al año en todo el mundo, por lo que hace un llamado a la población para que se abstenga de comprar especies, pues con eso solo contribuye a que la extracción continúe.
Agregó que de los animales que llegan al centro de rescate que dirige, la mayoría tiene heridas de bala o causadas con piedras, lo que dificulta el proceso de readaptación para ser devueltos a su hábitat y deben quedarse en cautiverio.
Aparte del tráfico ilegal, los animales silvestres que viven en las selvas peteneras también son afectados por la caza furtiva y el avance de la frontera agrícola, pues cada vez las comunidades están más cerca de su hábitat, explicó Martínez.
Las probabilidades de vida de los animales que son traficados son escasas, pues el 80% de estos mueren debido a las condiciones en las que son trasladados, ya que algunos son llevados en recipientes o en compartimientos secretos en vehículos, donde el oxígeno es insuficiente; además, no son alimentados y muchos mueren de hambre.
Personal de Arcas alimenta a una zorra gris que fue rescatada en Petén. (Foto Prensa Libre: Cortesía Arcas)
El experto añadió que muchos vecinos tienen creencias de que algunos animales son peligrosos, por lo que los atacan y luego los llevan a las sedes del Conap. En este caso, según Martínez, la especie más afectada es el tamandú u oso hormiguero -más pequeño de lo normal-, porque los pobladores creen que es venenoso.
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Todos los animales cumplen una función en los ecosistemas donde habitan por lo que sacarlos de estos trae consecuencias lamentables. Martínez hace un llamado a todas las personas para que tomen conciencia y protejan la biodiversidad en el país.
Especies rescatadas por Arcas en los últimos días
- 14 búhos pigmeos
- 4 búhos café
- 4 tamandús y osos hormigueros
- 5 monos saraguates
- 3 tigrillos
- 1 ocelote
- 1 yaguarundi
- 5 zorros grises
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