Luego de que difundieron videos y fotografías de cuando los agentes bebían agua de charcos y de algunos parecían a punto de desfallecer, el director de la PNC, Nery Ramos, no dudó en calificar los hechos de “montaje”.
Aseguró que se investigaría a los agentes porque con esa acción “desprestigian a la institución”.
“Todos pasamos dos días sin comer. No es justo. Soy respetuoso de mis superiores, pero con lo que nos hicieron, no hay palabras”.
Según Ramos, es falso que se les haya enviado sin las provisiones necesarias para internarse durante varios días en la selva petenera. Incluso, un helicóptero llegó para abastecerlos durante el regreso, afirmó.
No obstante, de acuerdo con versiones de agentes que han hablado bajo la condición de anonimato por temor a represalias, desde el miércoles 31 los enviaron a cumplir con el desalojo, que estaba programado para el viernes 2 de junio, y fue hasta el sábado en horas de la tarde que se presentaron las autoridades de un juzgado con la orden.
“Todos pasamos dos días sin comer. No es justo. Soy respetuoso de mis superiores, pero con lo que nos hicieron, no hay palabras”, dijo uno de los agentes que participó en el operativo.
La mayoría de agentes, al notar que no estaban los jefes superiores, decidieron tomarse fotografías y video, con la intención de evidenciar el trato que recibieron durante la acción judicial que debían cumplir en medio de la selva petenera.
Rechazan versión oficial
Los agentes desmintieron la versión de Ramos de que tanto las fotografías como los videos difundidos son un montaje.
En la acción participaron unos mil 200 agentes policiales, tanto de Petén, como de otros departamentos, quienes con pequeñas bolsas de raciones de alimentos partieron en sus autopatrullas para desalojar a 70 familias que tenían unos cinco años de vivir en la citada área protegida y cuando por fin llegaron estas ya se habían marchado.
El retorno se convirtió en pesadilla, narró uno de los agentes que fueron al área, ya que desde donde dejaron los vehículos caminaron unos 25 kilómetros. Los jefes policiales los abandonaron y en vehículos propiedad del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), modificados especialmente para ese tipo de caminos.
Reconocieron que el domingo por la mañana llegó un helicóptero y desde el aire les lanzaron bolsas con raciones de comida fría, y les indicaron que era comida para todo el día. Fue así como lunes y martes tuvieron que alimentarse con hojas de palmito y coxán, y bebieron agua estancada en charcos que encontraban en el camino.
De los más de mil agentes que participaron en la acción judicial, alrededor de una docena se deshidrataron, lastimaron o pasaron penas, y tres de ellos, entre estos una mujer, se extraviaron y tuvieron que caminar el triple para hallar el camino correcto.
En dos ocasiones se intentó conocer la versión de los jefes de la Comisaría 62, en Santa Elena, Flores, sobre la situación que denunciaron los agentes, pero el agente de imaginaria dijo que no se encontraban en el área, pues al parecer habían salido a realizar varias diligencias de la institución.