“El accidente dejó secuelas en mi cuerpo, me cambió la vida totalmente, vivía junto a mi familia en el caserío la Compuerta. Trabajábamos en una parcela, mi padre, un amigo y yo, en una tarde lluviosa con fuertes vientos, pero mientras cenábamos sucedió mi desgracia”, relató Bol.
“Eran las 21 horas cuando escuchamos fuertes estruendos, llovía demasiado y los árboles eran arrancados por el viento. No sabíamos que estábamos en el camino del huracán. Luego, un árbol cayó sobre nosotros, y para mi mala suerte, me quebró las dos piernas y quedaron enterradas en el suelo”, continuó.
“La distancia a la que nos encontrábamos del área central de Poptún era de unos 50 kilómetros. Mi padre y mi amigo, también heridos, me sacaron cargado a eso de las 6 de la mañana del día siguiente, y llegué al hospital hasta las 23 horas”, añadió.
Superación
“Antes de mi accidente estudiaba cuarto grado de primaria, pero me ausenté por varios años. Luego me trasladé al área central para continuar estudiando, hasta que me gradué como profesor de educación primaria en el 2013”, narró Bol quien actualmente está casado con Delmi García Aldana y tiene un hijo de 3 meses.
El maestro relata que uno de los obstáculos que enfrenta a diario es para trasladarse, ya que debe hacerlo en silla de ruedas.
“Gracias a Dios tengo trabajo desde el año pasado, impartiendo clases en idioma q’eqchi’ y también tengo un negocio en el mercado central de Poptún, que me ayuda para mantener a mi familia”, relató Bol.
“Soy muy feliz con el nacimiento de mi hijo. Mi problema físico no es un obstáculo para poder superarme, ya que he empezado a estudiar un profesorado en la universidad y mi meta es graduarme”, dijo el maestro.