El socorrista no olvida sus raíces y dice que siente orgulloso de haber nacido en este país. Sus padres biológicos viven en Guatemala y su esposa es originaria de San Benito.
Con el espíritu de ayudar, viajó alrededor de siete mil kilómetros, desde Canadá hacia Guatemala, con la misión de entregar la unidad y el lote de equipo para los bomberos.
Es misionero
Santiago forma parte de la agrupación de misioneros menonitas, como sus padres adoptivos. Los menonitas son una rama pacifista y trinitaria del movimiento cristiano anabaptista, originado en el siglo XVI.
El guatemalteco cuenta que pertenecer a esta agrupación le ha permitido ayudar a muchas personas.
“Siempre soñé con integrar una organización de socorro. Me siento feliz de estar al mando de los bomberos de la población donde vivo y es más gratificante poder ayudar a socorristas de la región de donde es oriunda mi esposa”, explicó.
“Los padres de mi esposa son integrantes de la iglesia menonita que se encuentran en el Chal, Petén. Cuando visité esa iglesia conocí a ella. Ahora tenemos tres hijos, todos nacidos en Canadá”, agregó.
También recuerda que la institución que ayuda a bomberos organizó un viaje por diferentes estaciones de Guatemala y la primera compañía que visitaron fue la de San Benito.
Actualmente comparte su tiempo con el tabajo de misionero y los bomberos del poblado de Linwood.
Santiago informó que desde hace un año trabajan en proyectos para llevar ayuda a las estaciones de bomberos. Durante su estadía en el pías ha visitado unas 20 estaciones para traerles ayuda. “Vamos a recolectar otro lote de herramientas y así ayudaremos a otras compañías”, explicó.
Gingerich informó que la idea de ayudar a los bomberos de San Benito inició cuando acompañó a sus padres adoptivos a El Chal, ubicado a unos 50 kilómetros del municipio, y que por medio de su esposa Silvia Pérez, le comentó que los Bomberos Voluntarios de esa región no contan con equipo para atender emergencias.