“Hay que ver con detalle el plan de operativo de vigilancia de la Policía Municipal para entender si la decisión es buena o mala. El uso de Jeep no es malo, cómo lo utilicen técnicamente es otra cuestión”, dijo Celada.
“Uno no tiene nada que decir en contra de una decisión como esa; salvo, pone en evidencia que el Estado sigue fallando en sus responsabilidades en materia de seguridad”, agregó.
El experto ve un riesgo que las municipalidades asumen la responsabilidad de brindar seguridad ciudadana, resaltó la experiencia de México, que este tipo de fuerza armada salió de control y se fue penetrando el crimen organizado hasta convertirse en grupos paramilitares.
“Hay que tener mucho cuidado. Igual pasa con las empresas privadas de seguridad. No saben capacitar a sus agentes y no hay garantía que el personal esté adecuadamente preparado para hacer uso de las armas”, expone Celada.
Decisión poco relevante
José Luis Sanabria, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), coincide que lo de Bran son políticas mediáticas que solo buscan posicionar sobre la agenda pública de temas importantes, para ganar adeptos.
“Es evidente que es una acción que no permite evaluar las políticas de su gestión. Desde mi perspectiva es una acción mediática y que utiliza la inseguridad para tratar de posicionarse en una de las políticas más sentidas por la población. No veo que tendrá efectividad”, expuso.
Eddie Cifuentes, consultor y experto en poder local, lamentó que es la nueva inspiración de quienes se creen que hay que copiar el estilo de un dictador, con referencia a que el alcalde de Mixco busca igualar las acciones del alcalde capitalino Álvaro Arzú.
Supuesta compra de Bran
El pasado lunes el jefe de Mixco publicó que dos Jeep de su propiedad son utilizados por agentes de la PM para patrullar las calles de la zona 6 de ese municipio. Bran dijo a sus seguidores en redes sociales que los vehículos los compró con su dinero, producto de la venta de su Volskwagen escarabajo, en Q140 mil. Aunque los Jeep tiene un valor estimado de Q190 mil, cada uno.
En su cuenta de Twitter el alcalde dijo que con la cantidad que recibió por su vehículo compró los dos Jeeps, uno rojo y otro negro, pero le “tocó poner un poco más”. Prensa Libre intentó comunicarse con el jefe edil, pero no se tuvo respuesta alguna.
De acuerdo a la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), los vehículos no están registrados a su nombre.
