A dicho pasaje se le agregaron mesas al aire libre y sombrillas. Los restaurantes estarán abiertos durante el día y se espera que los propietarios tengan más diversidad de productos qué ofrecer a los comensales.
En el pasillo central, que un día fue el patio trasero de la residencia del marqués Juan Fermín Aycinena, se colocó más iluminación para comodidad del cliente.
Recorrido
El pasaje, además, será incluido dentro de los puntos importantes que serán visitados durante los recorridos que se organizan para los turistas extranjeros.
“Los pasajes tienen un atractivo especial, es un espacio para el comercio y para la convivencia de amigos y de la familia”, aseguró Ricardo Rodríguez, director del Centro Histórico.
“A la gente lo que le gusta es comer al aire libre. Esperamos que el pasaje Aycinena tenga vida diurna y siga como el lugar de los bohemios”, refirió.
Para que el lugar tenga un mejor ambiente se pedirá que algunos negocios moderen el volumen de sus aparatos de sonido, con la finalidad de devolverle el verdadero significado de tranquilidad.
lugares similares
Los pasajes Rubio, Aycinena y San Jorge, los tres en la zona 1, y el Pasaje Enríquez, en Quetzaltenango, tienen características similares que vienen de la época colonial.
El pasaje San Jorge es una estructura de estilo neoclásico que data de 1929. Fue construido entre la 11 y 12 avenidas y conecta la 7a. y 8a. calles. Se dice que es el enlace entre el Parque Colón y La Merced, a través del Callejón de Jesús.
A pesar del daño que presentan las viviendas en ese ese pasillo, para los residentes aún se puede rescatar y han propuesto convertirlo en un lugar de comercio que se llame el “pasaje del sabor”.
El pasaje Rubio se construyó en la segunda mitad de la década de los años 1920 en un terreno que pertenecía a Trinidad Nájera viuda de Asturias. Su nombre se debe a que sus constructores eran de apellido Rubio, quienes se propusieron edificar un pasaje estilo francés, de concreto y ventanas de madera.
En la planta baja abundan las joyerías y los anticuarios. También está un particular puesto de lotería, una tienda de té, una barbería y un café.
Otro de los espacios que se recuperan para que sea un centro cultural es la Casa Barnoya, en la 8a. calle, entre 11 y 10a. avenidas, que fue la primera Casa arzobispal mientras se construía la Catedral Metropolitana.
Abandono
En la zona 1 se han contabilizado 60 viviendas en abandono por diferentes razones. En algunos casos sus propietarios murieron y no dejaron testamento, en otros hay hasta 17 herederos por una vivienda y ha sido difícil localizar a los beneficiarios.
Al no poder hacer nada, o no localizar a los herederos, se interpuso la denuncia ante el Ministerio Público de 30 de esas viviendas y se resolvió el problema de 10, las cuales empiezan a ser remodeladas y puestas al público para actividades culturales. Del resto, aún se hace lo posible por encontrar a los propietarios, de lo contrario también pasarán a manos del Estado.
Cultura y comercio
En la 12 calle, entre 6a. y 7a. avenidas se encuentra una vivienda cuyo segundo piso no tiene uso desde hace 18 años, por lo que se utilizará para habilitar un centro de capacitación, donde se impartirán clases de pintura y otros talleres.
Otro de los lugares actuales que atrae al turismo es el Pasaje Tatuana, en la 6a. avenida A 3-24, aunque no tiene salida es llamado así por los negocios paralelos que funcionan dentro de la vivienda. Un lugar más que albergará negocios similares a ese pasaje está en la 6a. avenida y 17 calle, el cual lleva 15 años cerrado.
Uno de los edificios que están por entregar para fines culturales está en la 8a. avenida y 12 calle, abandonado durante muchos años, pero ahora servirá para cursos de arte y ciencia.
Otros pasajes
El historiador Aníbal Chajón indica que en la primera mitad del siglo XX había un pasaje al aire libre que se llamaba Colomari —2a. avenida A y 13 calle, zona 1—, que hoy es el Callejón Castillo.
Otro era el Pasaje Savoy, en la 8a. calle, entre 9a. y 10a. avenidas. Uno más estaba en la 7a. avenida, entre 9a. y 10a. calle, donde ahora hay un almacén de pinturas. Un pasaje más es el Real del Parque, en la 7a. avenida, a un costado de la Catedral Metropolitana.
