Recuerdan que la docente se dirigía a la parada del bus, cuando dos hombres que se cubrían el rostro con gorros pasamontañas la atacaron con machetes y le ocasionándole heridas en el cráneo y ambos brazos.
Un vecino que no se identificó, indicó que Palma pidió auxilio, luego él observó que los dos malhechores huyeron del lugar. “Recogí dos piedras y se las lancé a los dos hombres que atacaron a seño Deysi”, dijo.
“Lamento la muerte de la maestra, porque era muy querida en la aldea. Ella fue la profesora de muchos niños y no entiendo por qué la atacaron de esa forma”, manifestó el poblador.
Lo ocurrido a la víctima alarmó a vecinos, quienes en un microbús la trasladaron a la emergencia del Hospital Nacional de Santa Ana, El Salvador, donde murió.
Deysi Roxana Palma, quien laboraba como maestra en la Escuela de Párvulos del barrio Las Brisas, en Atescatempa, soñaba con estudiar Psicología para especializarse en la atención de niños con capacidades diferentes y buscar un mejor empleo.
“Seño Deysi era una mujer trabajadora y los niños la querían mucho. Los padres de familia estaban contentos con su trabajo, por lo que pedimos que las autoridades investiguen el caso”, expresó la vecina Elizabeth Castillo.
Condena crimen
Francisco Chúa, sindicalista del Magisterio, condenó el crimen contra la docente y recordó que no es el primer caso, ya que varias maestras han muerto víctimas de la violencia. “No puede ser posible que se perdió el respeto por las personas que trabajan en la educación de nuestros hijos”, dijo.
Héctor Gómez, jefe de la Comisaría 21 de la Policía Nacional Civil, informó que tienen dos líneas de investigación. Explicó que la primera es que la maestra pudo haber sido víctima de un asalto y la otra que pudo haberse tratado de una venganza.
“Investigamos a las personas cercanas a ella o con quiénes pudo tener problemas, pero por el momento no puedo brindar mayores datos porque entorpeceríamos las investigaciones”, afirmó.
Sepelio
Entre muestras de tristeza y repudio, la víctima fue inhumada este miércoles en el cementerio de San Cristóbal Frontera, Atescatempa, donde los asistentes al sepelio exigieron seguridad para los maestros y la población en general.