El cadáver de López fue encontrado a un costado del camino de terracería de la referida aldea con heridas cortantes en el cuello e impactos de bala en la cabeza.
Al escenario del crimen se presentó Fidelina Mateo Castro, quien dijo que López era su hijo, y que desconocía el motivo del ataque en su contra, ya que no tenía enemigos ni le había comentado si estaba amenazado de muerte.