Bonilla expuso que la deforestación se ha acentuado en los últimos 10 años y que si no se toman medidas lo antes posible, dentro de 25 años se extinguirán los 38 mil hectáreas boscosas con que aún cuenta el departamento.
Señaló que la tala es causada, especialmente, por el avance de la frontera agrícola, ya que muchos finqueros optan por destruir los bosques para utilizar el suelo con fines productivos.
También se pierde área boscosa a causa de la madera, que se utiliza como leña para la preparación de alimentos.
El delegado del Inab resaltó que esta institución autoriza el corte de cinco mil metros cúbicos de madera para la producción de leña al año; sin embargo, se cree que de manera ilegal se pierde medio millón de metros cúbicos, pues la demanda para este uso es alta y este recurso ya no se regenera.
El funcionario señaló que también hay un buen porcentaje de bosque que se tala anualmente y que se utiliza como material de construcción de vivienda; además, como materia prima de la industria.
Cuatro cuencas
José Amílcar Martínez, del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología, (Insivumeh), dijo que según un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, (PNUD), la deforestación afecta a las 54 microrregiones que forman las cuatro cuencas de esta zona del país.
Añadió que las municipalidades se comprometieron a proteger las cuencas para la preservación de los mantos acuíferos, pero no han cumplido, pese a que también la ley establece que las comunas deben velar por la conservación del medioambiente.
Martínez considera que la deforestación agrava los efectos del cambio climático en Jalapa, pues la falta de árboles evita el flujo de aire y genera más calor. Hoy en día se registran temperaturas de hasta 38 grados centígrados, mientras que hasta hace unos años esta oscilaba entre 18 y 24 grados”, resaltó.
Martínez indicó que la falta de árboles también causa la reducción del manto freático, mientras que cada vez se incrementa la demanda de agua. “Se acaban de cavar 21 pozos en el área montañosa, y se trabaja en varios e la cabecera”, relató.
Vecinos también se mostraron preocupados. Francisco Morales recordó que antes era fácil perderse en los bosques.
Rodolfo Aguirre, poblador, refirió que en sitios en los que había vegetación ahora solo se ven terrenos áridos.
Historia
El cronista jalapaneco José Aníbal Carrillo informó que hasta las décadas de 1970 y 1980, la cabecera estaba colmada de árboles. “Se podían observar los cerros con gran cantidad de bosque, en especial en los cerros Alcoba, Arluta y en el volcán Jumay y sus alrededores”, afirmó.
Sin embargo, Carrillo recordó que en 1978 los madereros empezaron a explotar el cerro Alcoba, y luego otras áreas.
Guillermo Ruano, jefe de Protección Forestal del Inab, explicó en su oportunidad que para evitar la desertificación de Jalapa, es necesario cambiar el uso del suelo y evitar la quema de rozas para uso agrícola, para que no se salgan de control.
Dificultad
Difícil de controlar
El Inab informó en fecha reciente que los departamentos con más pérdida de bosques por incendios forestales son Petén, Zacapa, Jalapa y Baja Verapaz.
En Jalapa, cada año se deforestan entre 800 y mil 200 hectáreas de bosque de manera legal, y aunque la tala ilegal es mayor, no es fácil contabillizarla; sin embargo, se cree que solo en el uso de madera como leña se consumen medio millón de metros cúbicos al año.
CIFRA
495 mil toneladas de madera se cortan ilegalmente para usarse como leña.
