Oswaldo Gómez, administrador de Quiriguá, señaló que a pesar de que el lugar se llenó de agua y lodo “afortunadamente” los monumentos no fueron dañados; sin embargo, las oficinas administrativas continúan anegadas.
Agregó que expertos en arqueología deben hacer trabajos de limpieza en los monumentos, lo que les llevaría por lo menos dos meses.
“Para un sitio patrimonial como Quiriguá el tiempo no debe ser lo fundamental, sino la delicadeza con la que se hagan los trabajos porque es patrimonio de la humanidad y lo que se debe hacer es cuidar y proteger los monumentos”, dijo Gómez.
Solución
De acuerdo con Gómez, la construcción de un canal en el lado oeste del parque podría desviar el agua en futuras oportunidades, por lo que coordinan para ejecutar ese proyecto, aunque antes deben hacer un estudio arqueológico para rescatar piezas que “posiblemente” haya en el lugar.
El parque ha estado cerrado desde el pasado 5 de noviembre, debido a que el agua no baja de nivel, e incluso, en algunos sectores aún corre con fuerza, por lo que los trabajadores del lugar regresaron hasta este jueves 26 de noviembre.
Logramos ingresar al parque arqueológico en los Amates Izabal que aún luce inundado luego de qué el cauce del río Motagua no alcanzara.
Un equipo de Prensa Libre y Guatevisión ingresó al lugar y comprobó que en el área de la administración, el museo, el mercado central y los baños la arena alcanzó casi medio metro y el agua continúa corriendo.
Llegar a la Plaza Mayor o Acrópolis donde se ubican las 17 estelas y altares aún es imposible porque el agua sigue corriendo y en sectores esta subió hasta tres metros.
Oswaldo Gómez quien también es arqueólogo y administrador de este recinto señala que los trabajos de limpieza podrían llevar al menos dos meses debido a que se deben cuidar estos monumentos.