Declarado área protegida en 1955 el parque, de 13 mil hectáreas cuadradas de extensión, es el hábitat del manatí (trichechus manatus) en peligro de extinción.
Río Dulce, la parada obligatoria antes de visitar la antigua cuna de la civilización maya en el departamento norteño de Petén resguarda un exhuberante bosque tropical lluvioso.
Entre sus principales destinos turísticos figuran Aguas Calientes, Río Tatín, el Biotopo Chocón Machacas, el Castillo de San Felipe y la comunidad garífuna Livingston, dijo el Conap.
En la zona se registran unas 44 especies de anfibios, 87 de reptiles, 202 de aves y 128 de mamíferos, estos últimos incluyen unas 39 clases de murciélagos y conviven las culturas qeqchí, la garífuna y la ladina.
En el marco de la Semana del Árbol en 1955, el entonces presidente de la República, Carlos Castillo Armas, declaró como áreas protegidas también al Parque Nacional Tikal, en Petén, las grutas del Rey Marcos, San Juan Chamelco, Alta Verapaz, las zonas de veda definitiva (conos volcánicos) y el Lago Atitlán, en Sololá, entre otros, según un comunicado del Conap.