Iván Cabrera, director regional del Conap, indicó que el rosul es una madera preciosa en peligro de extinción y que su valor en el mercado extranjero supera los US$4 mil (Q30 mil 600) por metro cúbico, pero resaltó que los traficantes pagan Q635 a campesinos por esa cantidad.
Autoridades detallaron que la madera fue extraída de las reservas del cerro San Gil, y que el decomiso significa un duro golpe para los traficantes de esa especie, pues es trasladada al extranjero para elaborar muebles finos y otros productos.
Abel Lajuj, de la Policía Nacional Civil, comentó que organizarán recorridos por las áreas donde hay rosul, para evitar que continúe la tala, cuya especie es mucho más rentable para los traficantes, porque el costo de venta en el extranjero es más de 20 veces mayor de lo que pagan a los campesinos que lo cortan.
El rosul es codiciado para la fabricación de instrumentos musicales, muebles lujosos, detalles en embarcaciones y artesanías, resaltó Lajuj.