“Para toda Guatemala es un acontecimiento de gran relevancia, la feligresía católica está de fiesta porque serán elevados a los altares dos de sus siervos, resaltando a Luis Obdulio que se convierte en el primer laico beatificado a nivel de Centroamérica y el Caribe, representando junto al Fray Tulio la sed de justicia para los desprotegidos y que su martirio llegó por el odio a la Fe de un pueblo noble”, dijo previo al acto de beatificacion monseñor Buezo.
El trascendental acto religioso al que asistieron más de 10 mil feligreses, autoridades de gobierno, entre ellas la canciller Sandra Jovel, y representantes de la Iglesia Católica, se realizó en el Polideportivo de Morales, Izabal, donde prestaron sus servicios los dos siervos de Dios.
Becciu leyó la Carta Apostólica por medio de la cual el papa Francisco los inscribió en la lista de beatos y luego,en medio de aplausos, el cardenal develó la imagen oficial de los dos mártires.
Mártires
Buezo indicó que el Padre Tulio Maruzzo y el Laico Luis Obdulio Arroyo permanecieron firmes en la fe en los momentos de prueba, “convencidos de una verdad profunda en la vida de todo cristiano, siendo esta convicción que los llevó a enfrentar muchas dificultades, resaltando la de vivir y trabajar conscientes de que estaban amenazados por hacer el bien, y que, en cualquier momento, podían ser víctimas del odio de quienes vivían en el imperativo de un sistema de violencia”.
Agregó que los llamados mártires de Izabal murieron juntos, “cumpliendo una misión de servicio; eran hombres de fe y oración, fieles a Dios y llenos de su amor. Eran hombres desprendidos totalmente de sus propios intereses y sabían que pertenecían a Dios”.
Horas antes de la ceremonia de beatificación fue presentado el cortometraje “Cuando la selva lloró sangre” el cual da a conocer los momentos más relevantes en la vida de los futuros beatos hasta el momento de su martirio.
El Padre Anton Grech indicó que pobladores de Izabal formaron parte del elenco en la producción del cortometraje y personificaron a los beatos y recrearon escenarios y vestuarios de la época.
“La producción se realizó con el apoyo del canal católico Stella Maris TV y la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, en ella se revela un momento importante cuando un niño fue utilizado para detener el vehículo en que se conducían los siervos de Dios minutos antes de que fueran asesinados en 1981”, explicó.
Fray Tulio y Arroyo se convirtieron de esta forma en los primeros religiosos en ser beatificados en Guatemala.
Ayudaron a los desposeídos
Ambos fueron asesinados el 1 de julio de 1981 durante el conflicto armado interno que sufrió el país entre 1960-1996 en Quiriguá (Izabal) por defender las causas de los campesinos, los más desposeídos.
Maruzzo nació el 23 de julio de 1929 en la provincia de Vicenza (Italia) y llegó a Guatemala el 16 de enero de 1960 y trabajó en las parroquias del Sagrado Corazón de Puerto Barrios; luego en la parroquia de Entre Ríos y más tarde, el 28 de febrero de 1968, fue nombrado el primer párroco de la parroquia de San José en Morales, también en Izabal.
De buen carácter, pasaba largas horas escuchando a los campesinos, visitaba más de 50 aldeas y conocía a sus parroquianos por su nombre.
Pero cuando la situación social y política de Guatemala se iba agravando a finales de los años 70, la violencia fue cobrando siempre más espacio en la vida social.
De acuerdo con la Iglesia Católica, en la región de Izabal se llevó a cabo una injusticia enorme relacionada con la tenencia de la tierra y los campesinos, provenientes de diferentes partes de la república, ocupaban en aquella época terrenos baldíos de la selva transformándolas en campos de cultivos.
Fray Tulio se propuso ayudar a los campesinos para que legalizaran las tierras que la cultivaban, lo que le valió amenazas de muerte y se convirtió en un obstáculo para los terratenientes.
El religioso fue acusado de colaborar con la guerrilla, por lo que sus superiores, temiendo por su vida, lo trasladaron a la Parroquia del Sagrado Corazón de Quiriguá,
Era el 14 de mayo de 1980. Allí conoció al catequista y colaborador parroquial Luis Obdulio Arroyo Navarro, laico oriundo de Quiriguá de 30 años de edad.
Luis Obdulio era muy dedicado al trabajo en la parroquia, donde manejaba el carro de los franciscanos y acompañaba a las aldeas.
A pesar de las amenazas, el guatemalteco no abandonó a Fray Tulio en sus visitas a las comunidades hasta que el 1 de julio de 1981, a las 22:30 hora local (04:30 GMT), cerca de las ruinas de Quiriguá, fueron emboscados y asesinados.
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