Castillo afirmó que recibió como herencia de su padre el elaborar esta obra de arte. Asegura que ha comprado piezas, algunas con significado espiritual como el Niño Dios, que adquirió en Quetzaltenango en 1953, la cual conserva y aún utiliza en el altar principal, junto a piezas de distintos tamaños, en su mayoría de materiales reciclables.
Manifestó que la elaboración del nacimiento gigante tarda unos 22 días, aunque algunas figuras o edificios que se incluyen en la maqueta, se trabajan por separado meses antes. “Ofrecer un ejemplo a las nuevas generaciones, para preservar esta tradición es de importancia, porque estas actividades unen a la familia y fortalecen la espiritualidad”, indicó.
Juan Alberto Castillo, familiar de don Humberto, como le llaman sus vecinos, recuerda que desde su infancia han practicado esta tradición, la cual espera que sus hijos continúen como un legado artístico.
“El trabajo es minucioso y requiere de paciencia para colocar cada cosa en su lugar y que al final el nacimiento tome la forma que se ha planificado. A veces ya está armada una parte y cuando nos percatamos no concuerda, por lo que se desarma para iniciar de nuevo, requiere dedicación y varias noches de desvelo”, comentó Castillo.
Castillo resaltó que al final vale la pena el sacrificio, porque el mensaje del nacimiento del Niño Dios llega a través de estas muestras artísticas que se elaboran en algunos hogares huehuetecos, donde se trata de mantener un legado.
Curiosidades
Duglas Castillo, otro integrante de la familia, explicó que el nacimiento de este año incluye el retablo principal, donde se encuentran las imágenes de José y María a espera del nacimiento de Jesús. “Se trata de una casa vieja, además de tres templos romanos de la época que cuentan con construcciones y personajes bíblicos. Lo que le da colorido son las plazas guatemaltecas que incluyen ventas de granos, frutas y verduras”, expresó.
Detalló que cada año recolectan duroport, cartón y otros materiales, para transformarlos en casas, edificios o estampas; en su obra incluyen piezas del ebanista ya fallecido Fausto Méndez, quien dejó una amplia colección, que forma paisajes en el nacimiento.
Esta obra está abierta al público para ser visitada en la 6a avenida final, colonia Los Pinitos, zona 1 de Huehuetenango. Sus creadores esperan que lleguen visitas de distintas regiones del país.