“Nos preocupa porque al usuario se le pide que haga uso adecuado de la electricidad; sin embargo, ellos como empresa no regulan el uso del alumbrado público”, dijo.
Agregó que esto puede causar mayores gastos, lo que implicaría que el usuario tenga que cubrirlos con su aporte mensual, situación que causa descontento.
Wilfredo Gutiérrez, otro poblador, explica que basta con efectuar un recorrido por algunas calles para darse cuenta de la cantidad de focos que no se apagan durante el día, y que la justificación de las autoridades es que se debe a problemas técnicos.
Destacó que eso genera en algunos sectores inestabilidad y bajo voltaje en el servicio domiciliar, lo que se traduce en constantes apagones.
La EEM tiene instaladas en todo el municipio nueve mil lámparas de mercurio, 200 de sodio y 200 mixtas, de las cuales entre 500 y 700 funcionan durante todo el tiempo, lo que genera un consumo mensual de Q507 mil 276.
Francis Chávez, gerente de la citada empresa, dijo que esa entidad tiene más lámparas de alumbrado público en comparación con los usuarios que pagan por ese servicio.
Agregó que en este rubro la EEM opera con pérdida, pues mensualmente debe pagar al Instituto Nacional de Electrificación Q507 mil 276, pero que solo recaudan Q262 mil 500.
Chávez dijo que una de las soluciones que se proponen es cambiar el tipo de focos, para reducir el gasto.