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Jaime López, director del Itagro, afirma que esta iniciativa forma parte de una estrategia que surgió por la necesidad de cambiar el sistema tradicional, que es graduar a estudiantes para buscar empleo; sin embargo, con esta modalidad lo que buscan es crear emprendedores.
“Esto ha permitido que en nueve años se hayan graduado 267 profesionales, de los cuales el 60 por ciento crearon su propia empresa con la que se sostienen económicamente y se convirtieron en generadores de empleo”, explicó.
Evitan migración
Lopéz agregó que se han desarrollado empresas que producen chile pimiento y jalapeño, maíz dulce, tomate, pepinos, cebolla, cerdos, gallinas ponedoras y ganado entre otras, las cuales son manejadas por los exalumnos que contratan mano de obra en su comunidad para expandirse de acuerdo con el éxito que han alcanzado.
“Aquí vienen estudiantes y salen empresarios que mueven la economía, pero lo más importante es que generan cambios en su comunidad que evitan la migración”, indicó.
Agregó que en Guatemala se necesitan fuentes de trabajo, la mayoría de establecimientos educativos e incluso las universidades forman trabajadores profesionales, pero no le apuestan al emprendedurismo.
“Es mucho mejor dar un enfoque empresarial a la preparación de los jóvenes para que sean fuentes de trabajo en su comunidad y palear la falta de empleo”, dijo.
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López explicó que en quinto grado las empresas dentro del establecimiento se forman por cuatro estudiantes, que hacen todos los estudios de prefactibilidad, de mercado, presupuestos y finanzas para desarrollarla; además, comentó que ganar el año radica en el éxito que tengan con el proyecto, el cual debe generar ganancias.
Añade que los alumnos pagan por la renta de los invernaderos, por el agua que utilizan, los insumos en plantaciones y el transporte para llevar su producto al mercado de la terminal en la cabecera departamental.
“En Guatemala nada es gratis y eso le inculcamos a nuestros alumnos”, afirma.
Testimonios
Lidia Yobaj Pérez, es originaria de Antigua Guatemala, su jornada inicia a las 5 horas, este año para poder graduarse diseñó su proyecto a ejecutar en su comunidad. Ella cultivará chile pimiento, para eso agotó el proceso de estudios previos y ahora trabaja en su plan de manejo.
Explica que cuenta con el plan fitosanitario para enfermedades, el control de plagas y el mercado donde venderá su cosecha, todo forma parte de su microempresa, la cual está segura que dará resultados positivos.
Añade que durante los dos años anteriores desarrolló empresas en el Itagro, primero de gallinas ponedoras, luego crianza de cerdos y tomate, lo que le ha dado la experiencia para emprender.
“Hemos aprendido a formar nuestra propia miniempresa al graduarnos, ya tenemos la base para arrancar un negocio propio porque sabemos cómo ejecutarlo, financiarlo y generar utilidades, la mayoría de los que se gradúan salen con esa idea”, dijo.
No migrará
Yobaj Pérez asegura que el sueño americano para ella no es una alternativa, pues en Guatemala hay tierra que necesita ponerse a producir, a pesar de lo infértil que resulte se aplican las técnicas adecuadas para tener los mejores resultados.
Juan Camajá es originario de Cunén, Quiché, junto a sus compañeros Kimberly Maldonado, de San Ildefonso Ixtahuacán; Elian de León, de Cuilco; y Felipe Ramírez, de San Pedro Necta, Huehuetenango; cursan quinto grado y los cuatro integran la empresa El Esfuerzo.
Se trata de una plantación de tomate de la variedad Daniela, su inversión ha sido de Q13 mil, los miércoles hacen corte, en los primeros dos han sacado 36 cajas las cuales vendieron en el mercado de Huehuetenango a entre Q80 y Q180 cada una.
Describe que tener una empresa dentro del establecimiento ha sido complicado, sobre todo por la responsabilidad que implica, pues todo se les cobra, desde el uso del invernadero industrial a Q1 el metro cuadrado por mes, el agua, los insumos, lo cual está incluido en la formulación del proyecto.
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Agrega que esta es la forma en la cual se aprende porque los errores se corrigen sobre la marcha, el éxito de la empresa debe garantizarse desde su formulación como anteproyecto, al proyectar ganancias que superen la inversión.
Refiere que la experiencia ha sido una oportunidad para desarrollar sus capacidades y olvidarse que solo se puede triunfar si se migra a otro país, ellos han encontrado la fórmula para abrirse campo en el mundo del emprendedurismo y, aunque aún no recuperan su inversión, les quedan dos meses de cosecha en los cuales esperan superar las expectativas.
Kimberly Maldonado, otra de las estudiantes, dice que en los municipios hay tierra para cultivar, lo que hace falta es impulsar microempresas, ese fue el motivo por el cual decidió llegar al Itagro, pues un tío le habla sobre las oportunidades que se tienen al aprovechar el conocimiento, la técnica y la investigación con la acción de emprender.
Para Elian y Felipe, tener El Esfuerzo ha significado sacrificio, dedicación y disciplina para logar su objetivo, pasar de una educación tradicional a iniciar con emprendimiento que al graduarse se convertirá en su forma de desarrollarse personalmente y a su familia es lo que les impulsa a no darse por vencidos.
Alfonso Ramírez Sales, otro de los alumnos que está por graduarse, recuerda que él desarrolló un proyecto de pilones de aguacate, fueron más de mil 500 plantas las que vendieron con utilidades que sostienen parte de sus gastos de estudio.
Refiere que los proyectos son buenos porque hay organización para realizar las inversiones, con un manejo adecuado se hacen sostenibles, él por ejemplo, tuvo un capital inicial de Q1 mil 500, con la venta de las plantas de aguacate invirtieron en un proyecto de tomate y actualmente tienen 300 pollos de engorde.
“Prácticamente los ingresos que tenemos son para bien nuestro, las ganancias nos sirven para financiar otros proyectos, esto nos ha preparado para tener una vida de éxito”, afirma.
Eldin García Herrera, originario de Unión Cantinil, uno de los municipios con más migrantes de Huehuetenango, afirma que estudiar teoría 50 por ciento y practicar el otro 50% les beneficia. En su casa implementará el cultivo de Chile Pimiento por el rendimiento. “Yo he desarrollado tres producciones de chile y mis utilidades han sido de Q9 mil”, dijo.
Refiere que su inversión de capital inicial fue de Q1 mil y con ese dinero más las utilidades implementaron proyectos de miltomate, pepino, chile pimiento y jalapeño. “Uno aprende a sacar ganancias de la producción técnicamente manejada y eso nos hace olvidar que tengamos que buscar oportunidades en Estados Unidos como migrantes”, explicó.
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