“El hombre pidió apoyo a un grupo de vecinos, quienes la trasladaron a este hospital, donde se determinó que estaba estable y fue bien recibida. Gracias a su especial forma de ser se ha ganado el corazón de todos los trabajadores”, expresó Roblero.
Jaqui vive feliz y en paz. No conoce el rencor ni el odio, es muy cariñosa y sonriente, le gusta jugar con los otros niños que están en su misma situación, entre ellos Alfonso, quien llegó el pasado 6 de marzo por orden del juez de Paz de Concepción Huista, pues su madre es alcohólica y no está facultada para brindarle los cuidados que necesita.
Alfonso nació con labio leporino, pero meses después fue operado en Totonicapán y en los próximos días será sometido a otra cirugía en el hospital de HuehuetenangoH.
“También padecía desnutrición y dermatitis, pero gracias a los cuidados y el tratamiento médico se recuperó y ahora está a punto de recuperar también su sonrisa”, indicó una enfermera.
Como ellos, 37 menores de cinco años más han recibido en los últimos cuatro años abrigo temporal en ese nosocomio, donde han permanecido sin saber quiénes y por qué los abandonaron.
La mayoría de los menores han sido rescatados de sus padres por sufrir violencia o han sido abandonados en basureros, barrancos, cajeros automáticos, estaciones de bomberos, carreteras, terrenos baldíos e incluso, orilla de ríos.
De acuerdo con Roblero, los menores permanecen en el área de Pediatría hasta que su estado clínico sea estable. Después son trasladados al Centro de Recuperación Nutricional, hasta que el juez de la Niñez y Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal resuelva y asigne una casa hogar, donde permanecen hasta que se resuelve su situación legal.
Proceso largo
“Para un menor con síndrome de abandono, como se les conoce, representa un largo y complejo camino, porque durante el proceso judicial es trasladado a un hogar donde permanece hasta que se logra una sentencia o resolución final del caso”, añadió.
Érick Villatoro, auxiliar departamental de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), afirma que es preocupante la situación que afrontan los menores con abrigo temporal, porque se violentan sus derechos fundamentales como tener una familia, una identidad e incluso la vida, cuando no lograron sobrevivir al ser abandonados.
Señala que es necesario que las instituciones rectoras en el tema garanticen el respeto de sus derechos, pues el Estado es responsable de verificar y velar con celeridad que se resuelvan los procesos legales en corto plazo, pues el tenerlos en un hospital puede incluso ser contraproducente, al exponerlos a enfermedades nosocomiales.
Villatoro asegura que es importante garantizar un mejor futuro para esos menores, considerados de mayor vulnerabilidad, pero para eso se necesita de un trabajo conjunto.
En la capital
De acuerdo con estadísticas de la Procuraduría General de la Nación (PGN), 198 menores de 0 a 14 años fueron abandonados de enero a octubre del 2017 en todo el país. El reporte establece que del total de niños, el 75 por ciento fueron abandonados en Guatemala y Huehuetenango.
Entre los casos más recientes que se han registrado en Guatemala destaca el de tres menores, de 5 meses, 6 y 10 años, que el pasado 7 de septiembre fueron encontrados solos, sentados en un sector de la zona 9 capitalina, y permanecieron en un hospital, bajo la protección de la PGN.
Los hermanos, dos niñas y un niño, aparte de sufrir hipotermia por haber pasado la noche a la intemperie, fueron diagnosticados con desnutrición.
El 22 de julio último, una mujer llevó a una pequeña niña cubierta por varias colchas a la estación de los Bomberos Municipales de la zona 4 y aseguró que fue abandonada en la vía pública.
La bebé fue entregada a los socorristas que luego de hacerle una evaluación determinaron que necesitaba atención hospitalaria, por carecer de alimentos desde hacía varias horas.
Fue trasladada por los socorristas al área de maternidad del Seguro Social para que recibiera cuidados específicos, mientras que la PGN se hizo cargo del caso y del resguardo de la menor.
Bomberos municipales dijeron en esa oportunidad que la mujer que llevó a la niña dijo haberla encontrado en un sector de la zona 4, cuando caminaba por el lugar.
Causas
Según representantes del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (Osar), las causas que llevan a las mujeres a abandonar a los recién nacidos se deben, en parte, al aumento de embarazos en adolescentes, embarazos no deseados ni planificados.
También repercute en este fenómeno social la salud mental y emocional de las mujeres, pues en muchas ocasiones la soltería de las madres las lleva a enfrentar la maternidad a solas, sintiendo aún más el peso de las presiones económicas y sociales, que también pueden generar conductas violentas.
Estas presiones, generalmente, buscan ser liberadas mediante un aborto temprano o el abandono del neonato.
Para la psicóloga Rosa Álvarez, el abandono de los recién nacidos puede verse impulsado por diferentes factores como la pobreza, la angustia y la sensación de no saber qué hacer frente a una situación que la mujer no está lista para enfrentar.
Explica que las depresiones o psicosis posparto, generadas por un cambio hormonal en el embarazo y después del nacimiento del bebé, podrían ser una de las causas que lleva a las mujeres a atentar contra sus hijos, aunque estas conductas suelen caracterizarse por acciones premeditadas, pues las mujeres que sufren de estos síntomas no buscan abandonarlos sino acabar con su vida.
Para los niños, de acuerdo con la experta, el abandono puede provocar baja autoestima y la respuesta que se les dé al preguntar sobre su origen puede ser un beneficio o bien un tropiezo por el resto de su vida.
Refiere que “muchas personas culpan a las menores de edad por dejar a sus hijos; sin embargo, no se toma en cuenta el entorno social de las niñas y adolescentes, pues los partos en personas de 10 a 14 años son producto de violencia sexual”.