En conferencia de prensa, el Concejo de Huehuetenango ofreció disculpas a la población y derogó el punto de acta en el que se había reducido de 23 a siete reuniones por Q1 mil 500 cada una, para dejarlas en siete de Q500 como estaba establecido.
El alcalde Gustavo Cano dio lectura a un comunicado mediante el cual reconocen haberse equivocado al intentar ahorrar costos y eliminar prácticas “corruptas” cometidas en el pasado al celebrar numerosas reuniones para cobrar Q11 mil 500 al mes.
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Añadió que dan marcha atrás debido a las críticas e indignación que generó a la población la decisión de celebrar siete reuniones a un costo de Q1 mil 500 cada una y por tal motivo mantendrán los Q500 que estaban establecidos.
Añadió que el pago de la dieta no es solo por asistir a las reuniones, sino para dar seguimiento a los acuerdos alcanzados en las mismas, lo cual es necesario para atender las urgencias del municipio. “Se ha acordado que cada concejal y síndico presida la comisión asumida, infortunadamente no supimos comunicar estas intenciones”, lamentó.
En la primera reunión, el Concejo, con excepción de dos concejales, decidió reducir la cantidad de reuniones que antes superaban las 23 en un mes a un costo de Q500 -Q11 mil 500 mensuales para cada integrante de la antiguas autoridades-; además, Cano dijo que en ocasiones reportaron reuniones sin que se llevaran a cabo.
Con el reajuste en la cantidad de reuniones, el Concejo cobraría Q21 mil por cada una y Q147 mil por las siete previstas durante el mes. En consecuencia los Huehuetenango invertiría en ese rubro Q7 millones 56 mil por el pago de dietas durante los cuatro años.
Rechazo
En redes sociales, internautas critican el actuar de la corporación, pues señalan que si la municipalidad está desfinanciada no caben ajustes en las dietas, ya que eso refleja que “el Concejo solo busca su beneficio”.
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Denis Castillo afirma que lo ideal hubiera sido que el valor de las dietas quedara en Q500 y que se redujera a siete como lo propuso el Concejo para que haya un “verdadero ahorro”.
“Fuera excelente si las siete reuniones sumaran Q3 mil 500, pero la forma en la que hicieron es lo mismo solo que de diferente manera”, dijo.
Jakeline Martínez asegura que la población cubre sus necesidades mínimas con su trabajo, y que no es una ciudad millonaria donde haya recursos disponibles, por lo que invita al Concejo a reflexionar sobre sus acciones y revierta su decisión de aumentarse las dietas.
Para el vecino Mario Castillo, la corporación no debiera cobrar dietas en enero y febrero hasta estabilizar las finanzas de la institución.
Agrega que hay muchas necesidades prioritarias que deben ser cubiertas como el agua entubada, drenajes, libramiento para el norte y las ventas informales.
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