Embutidos doña Tonita es el nombre comercial que apenas hace un par de años decidieron ponerle a sus productos, los cuales venden en Guatemala, Suchitepéquez, Antigua Guatemala y con menor escala en Huehuetenango, donde compiten por el mercado invadido por comerciantes que preparan estos embutidos.
Doña Tonita explica que su jornada inicia a la una de la madrugada. La acompañan su hijo, nuera y dos colaboradores. Cada semana elaboran entre tres mil y cinco mil unidades, y su trabajo consiste en seleccionar los productos, retirar el exceso de grasa de la carne y aplicar la cantidad exacta de ingredientes, según la receta de la familia.
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Matías recuerda que desde niña participó en estas tareas, lo que le permitió conocer todos los detalles para sazonar los productos, los cuales empaca en canastos de carrizo para llevarlos en bus a Mazatenango, donde posee una lista de clientes.
“Con este trabajo crecí a mis dos hijos, Dios me ha bendecido porque durante años únicamente un asalto he sufrido, aunque no me quitaron nada solo fue el susto”, relata Matías.
Matías aconseja a los jóvenes a emprender, porque, según dice, el trabajo dignifica a la persona.
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Adonías Ajeataz Matías es el quinto heredero de este arte culinario y dice sentirse orgulloso por la labor familiar. Su esfuerzo diario es mantener la producción y lograr expandir el mercado, pues por ahora deben salir del departamento para tener mejores ventas.
Agrega que, por lo complejo del mercado busca diversificar la herencia que le han transmitido, pues las industrias manejan sustitutos de la carne, lo cual es barato para el consumidor final, mientras que lo artesanal no pueden bajar de precio porque conservan su calidad.
“Esta es una receta de mi tatarabuela que después de 120 años se mantiene”, detalló.
Hace unos años decidió crear una marca comercial, pero no cambia la forma artesanal de preparar los productos. “Aquí todo se hace a mano, con el cuidado que se mantengan los estándares de calidad, que es lo que buscan nuestros clientes”, relató.
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Marian Escobedo, nuera de doña Tonita, dijo que cuando se casó con Adonías aprendió todo sobre la elaboración de los embutidos y la administración del negocio y que con la marca que se creó han logrado expandirse a mercados de la capital.
Participar en grupos de microempresarios ha fortalecido sus capacidades y con esos aportes lograron mejorar la presentación del producto y aumentar las ventas, pues hacen entregas bajo pedido.
Ronald Casto, uno de los colaboradores de la familia, comentó que tiene a cargo la distribución en la cabecera, un mercado competitivo donde les ha sido complicado; sin embargo, mantienen la ilusión de abrirse nuevos espacios comerciales.
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