Vásquez pertenece a un grupo de 35 productores que este año esperan obtener 50 árboles para la venta. Los precios de los pinabetes en el mercado serán entre Q300 y Q500, los subproductos como coronas y guirnaldas costarán entre Q30 a Q125, dependiendo del tamaño y la forma.
Para los productores esta temporada de fin de año es la mayor oportunidad para poner en el mercado los arbolitos y subproductos que el bosque les provee.
Más bosque
Sergio Osorio, coordinador del Programa Nacional de Pinabete, afirmó que cada año aumentan las plantaciones de este árbol que se cultiva en 11 de los 22 departamentos de país, la mayoría situados en el occidente.
Detalló que en Guatemala hay 757 plantaciones registradas de esta especie en una extensión de 323 mil 51 hectáreas, también hay 25 viveros inscritos en el Registro Nacional Forestal donde se cultiva una producción anual de 155 mil plantas y 16 mil arbolitos en macetas.
Osorio mencionó que el departamento con más crecimiento es Huehuetenango con 309 plantaciones que abarcan 76,59 hectáreas, le siguen San Marcos, con 152 plantaciones, 41,94 hectáreas; Quetzaltenango, 84 plantaciones, 87,54 hectáreas; Totonicapán, 74 plantaciones, 11,92 hectáreas, y Quiché, 46 plantaciones, 17,62 hectáreas.
Bosque natural
La Estrategia Nacional para la Conservación del Pinabete del 2008 estableció que en el país hay aproximadamente 27 mil 548,29 hectáreas de bosque natural de pinabete distribuidas en 95 sitios, el 50 por ciento dentro del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (Sigap) en montañas desde los dos mil 400 metros hasta los tres mil 500 metros sobre el nivel del mar y temperaturas de tres a 10 grados centígrados.
El Instituto Nacional de Bosques (Inab) estima que para este año unas tres mil personas entre productores, integrantes de organizaciones no gubernamentales y fuerzas de seguridad tendrán el control para evitar corte, transporte y venta ilegal de ramillas provenientes del bosque natural, pues constituye un delito.
En peligro de extinción
Julio Aguilar, técnico del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), explicó que el consumo de pinabete, coronas elaboradas con ramillas con marchamo blanco legaliza su comercialización porque certifica que el producto proviene de una plantación registrada y limita la venta de ramillas de forma ilegal.
Agregó que la tarea para conservar la especie se hace difícil porque de cada cien semillas recolectas por cada dos años en promedio de ocho a 12 logran germinar en los viveros o plantaciones al cuidado de los agricultores.
Según el Decreto 4-89 de la Ley de Áreas Protegidas señala que si se sorprende a una persona con hasta 500 metros cúbicos de madera en pie, podrá ser sancionado con multas que van desde Q50 mil hasta Q400 mil y una pena de hasta 5 años de prisión.
Inversión Millonaria
El Inab través de programa de incentivos forestales ha contribuido con 245 proyectos vinculados al cultivo de pinabete en las modalidades de plantaciones, protección de bosque, regeneración natural y sistemas agroforestales en un área de 565 mil 60 hectáreas con una inversión de Q5 millones 513 mil 282.30.
Organizaciones como la Asociación de Cooperación al Desarrollo Integral de Huehuetenango (Acodihue) y Asociación de Desarrollo Integral para Occidente (Adipo), apoyan en tareas de conservación de esta especie.
Contenido relacionado
> Traficantes de ramilla de pinabete se exponen a cárcel y multas