Expertos aseguran que el tráfico de animales es un tema complicado, en el que el denominador común es el maltrato, porque los traficantes prefieren ejemplares jóvenes, y para capturarlos muchas veces deben matar a los padres.
De acuerdo con información de la División de Protección a la Naturaleza (Diprona), de la Policía Nacional Civil, los traficantes de especies hacen cualquier cosa para burlar los puestos de control.
César de la Cruz, jefe de la Diprona, explicó que las estrategias de trasiego de animales cambian con frecuencia, y como se trata de una actividad que genera grandes cantidades de dinero, no les importa trasladar ejemplares en condiciones extremas.
“Es un tema delicado que ocurre con mayor frecuencia en la Reserva de la Biosfera Maya, en Petén, y como genera ingresos económicos, hay mucha gente que se dedica a ese ilícito”, dijo De la Cruz, quien resaltó que el año pasado decomisaron 331 animales.
El jefe policial reconoció que la falta de personal para atender las 19 delegaciones de todo el país limita la efectividad del combate de ese flagelo, pues los 612 agentes asignados a la unidad se dividen en tres grupos de trabajo y se carece de autopatrullas.
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Especies preferidas
La guacamaya roja, loros, pericas, monos, jaguares y algunos reptiles son las especies preferidas por los traficantes, pues en mercados de EE. UU. y Europa se cotizan en miles de dólares.
Fernando Martínez, director del centro de protección de la Asociación de Rescate y Conservación de Vida Silvestre (Arcas), Petén, explicó que el problema se agrava porque los animales más perseguidos son parte de la lista de especies en peligro de extinción.
“Hay muchos mercados en Guatemala donde se venden animales silvestres, pero el más importante es El Guarda, en la zona 11 de la capital, donde he visto tortugas, cocodrilos, loros cabeza amarilla —en peligro de extinción—, loros cabeza azul y monos”, dijo Martínez, quien aseguró que no hay control estricto sobre el tráfico de vida silvestre.
Suzanne Rivera, directora de la Asociación Amigos de los Animales, hizo un llamado a la población para que no compre especies silvestres, ya que de esa forma se puede frenar el tráfico.
“No hay que comprarlos ni por lástima, porque así se fomenta el comercio y tráfico”, comentó Rivera, quien agregó que ningún animal encerrado en una jaula puede ser considerado mascota.
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Especies bajo amenazas
- Guacamaya roja (ara macao), tráfico ilegal, pérdida y deterioro de hábitat
- Loro cabeza azul (amazona farinosa), tráfico ilegal, pérdida y deterioro de hábitat
- Loro nuca amarilla (amazona auropalliata), tráfico ilegal, pérdida y deterioro del hábitat
- Quetzal (pharomachrus mocinno), pérdida y deterioro del hábitat
- Pavo de cacho (oreophasis derbianus), tráfico ilegal, cacería, pérdida y deterioro del hábitat
Unidad de investigación
Debido a que los traficantes de animales cambian sus formas de operar con frecuencia, la Diprona trabaja en la integración de un equipo de investigadores, que dará seguimiento a los casos para identificar traficantes, sus áreas de operación y las rutas de trasiego.
Autoridades de la Diprona no descartan que en Guatemala operen estructuras organizadas dedicadas al tráfico de animales, incluso hacia mercados internacionales, donde se prefieren reptiles y aves, pero serán los investigadores quienes se encarguen de documentar los casos. Además, se informó que muchos traficantes residen cerca de los bosques, por lo que se les facilita ocultarse de la Policía.