“Los tres sufrimos por casi 15 días fiebres altas, conjuntivitis, decaimiento, sarpullido, dolor de cabeza y articulaciones. Ahora vivimos en la capital, pero lo que nos preocupa son las secuelas que nos dejó el zika, pues han pasado dos años y los dolores articulares persisten”, añadió.
José Monterroso, 35, quien hace ocho meses contrajo el virus, contó: “No podía ni caminar por el dolor de las articulaciones y fiebres altas. Ahora estoy bien, pero temo que por el clima cálido que favorece la proliferación del zancudo vuelva a contagiarme, aunque, según especialistas, el virus solo se contrae una vez”.
A la lucha contra las enfermedades virales se suma la secretaria María Londres, quien aseguró que las secuelas que le dejó el chikungunya, en el 2013, han sido irremediables, pues constantemente sufre de molestias en las articulaciones.
El epidemiólogo Manfredo Orozco indicó que contra estas enfermedades no hay tratamiento específico, hasta el momento, pero es autolimitante, o sea, se cura por sí sola, y se tratan solo los síntomas.
Resaltó que el zika puede causar malformaciones congénitas en las embarazadas que contraigan la infección durante el primer o segundo trimestre de gestación.
Acciones
Pobladores de cuatro departamentos piden a las autoridades del Ministerio de Salud que programe fumigaciones a tiempo para evitar la proliferación de zancudos que transmiten dengue, chikungunya, zika y malaria, pues el año pasado las acciones fueron muy pocas y los casos de esas enfermedades aumentaron.
“Es importante y urgente que las Municipalidades y empresas privadas se sumen a la compleja problemática que tiene que ver con determinantes de la salud como la falta de agua, saneamiento y ordenamiento ambiental”. Romeo Montoya, asesor de enfermedades transmisibles de la OPS y OMS.
Los departamentos con mayor incidencia, después de Guatemala, son: Escuintla, Santa Rosa, Petén, Zacapa, Jutiapa, Retalhuleu y la zona sur de Quetzaltenango y San Marcos.
Pobladores de la cabecera de Jutiapa señalan que en el 2016 el trabajo de las autoridades del Área de Salud fue irregular. Aseguran que durante varios meses no enviaron personal de Vectores para que fumigaran y eliminaran depósitos de agua, que se convierten en criaderos de zancudos.
“Hay subregistro de casos de esas enfermedades en ese departamento, la mayoría de pacientes se resiste a visitar un centro asistencial”, expresó Mario Alberto Aguilar, comerciante.
Vecinos de El Cerinal, Barberena, Santa Rosa, coinciden en que debido a las pocas acciones del Departamento de Vectores, cada año se registran más casos de dengue, chikungunya, zika y malaria.
María Rodas, vecina de la cabecera de Escuintla, dijo: “Cada año sufrimos con la proliferación de zancudos que causan esas enfermedades, por lo que es importante que las autoridades fortalezcan las fumigaciones y hagan deschatarización en las regiones con mayor riesgo”.
Marlitt Valenzuela, vocera del ministerio, señaló que los programas nacionales de prevención, control y promoción de enfermedades vectoriales y bacterianas son permanentes. Sin embargo, al cuestionarla sobre las acciones ejecutadas en el 2016 indicó que no tenía información, pues ella, junto a las actuales autoridades, asumieron a finales de ese año.
Sorayda Morales, coordinadora del Programa de Vectores Técnico-normativo de la cartera, afirmó que con base en la situación y riesgo epidemiológico y entomológico se trabaja cada año en atacar al mosquito Aedes aegipty de manera integral, a través de acciones de promoción de la salud, control larvario, eliminación de criaderos y nebulización.
Comentó que algunos pobladores tienen la percepción de que las acciones preventivas son deficientes porque desconocen su operatividad, ya que la nebulización se efectúa en lugares donde se identifican focos y no en todas las viviendas.
Morales manifestó que pese a que los trabajadores de vectores de Salud visitan las comunidades debidamente identificados, la mayoría de pobladores se niega a dejarlos entrar en sus hogares para que apliquen larvicidas.
“Otro de los inconvenientes es que no siguen las recomendaciones, entre ellas no eliminar los larvicidas, limpiar constantemente los patios y drenajes, así como mantener tapados los recipientes útiles y eliminar los no útiles, como botellas, latas, vasos, floreros o llantas”, explicó.
Romeo Montoya, asesor sobre enfermedades transmisibles y vigilancia de la representación de la Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud en Guatemala, aseguró que cada año trabajan en estrategias de gestión integrada para el control de larvovirosis, que incluye capacitación sobre el manejo del vector, diagnóstico y tratamiento de pacientes, así como promoción y educación sobre las afecciones.